02/09/2025
El misterio de la libélula que volaba entre dinosaurios y reescribe parte de la historia evolutiva
Fuente: telam
Científicos encontraron un ala fosilizada en el Parque Provincial de los Dinosaurios en Alberta, Canadá que data de hace unos 75 millones de años. Su envergadura era comparable al ancho de una mano humana, una escala modesta para los estándares del Mesozoico
>El ala fosilizada descubierta casi por casualidad en el Parque Provincial de los El hallazgo, liderado por un equipo de investigación de la Universidad McGill, es el primero en identificar una libélula del Cretácico en territorio canadiense. Más allá de ser un nuevo fósil, el descubrimiento propone un nuevo capítulo en la historia natural de América del Norte, donde los insectos compartían el aire con criaturas tan imponentes como los dinosaurios.
Todo comenzó en 2023 durante un curso de campo en paleontología de vertebrados. Un estudiante universitario, en medio de una zona conocida por su riqueza en fósiles vegetales, rompió una roca y se encontró con una sorpresa: un ala parcial de insecto perfectamente conservada.Lo que parecía una anomalía se convirtió rápidamente en una pieza científica fundamental. El ala, pequeña pero reveladora, fue identificada como perteneciente a una nueva especie de libélula que vivió hace aproximadamente 75 millones de años.
Lo notable del hallazgo no se limita a su antigüedad ni a su rareza geográfica. Cordualadensa acorni representa el fósil más antiguo de una libélula del grupo Cavilabiata en América del Norte, una línea evolutiva que conecta libélulas del Cretácico temprano con especies que aún sobreviven. Hasta ahora, el registro fósil de este grupo en la región era inexistente, lo que dejaba un vacío de varias decenas de millones de años sin evidencia concreta.
“El descubrimiento de Cordualadensa acorni ayuda a llenar una brecha evolutiva de 30 millones de años”, afirmó el equipo de McGill.El fósil fue hallado en la Formación Dinosaur Park, un yacimiento de fama mundial por su abundancia de restos de dinosaurios. Pero, curiosamente, hasta este punto, los insectos apenas figuraban en el inventario paleontológico del lugar. De hecho, el único insecto reportado con anterioridad era un pulgón minúsculo preservado en ámbar. En ese contexto, este nuevo fósil no solo amplía el repertorio conocido, sino que introduce una forma de conservación hasta ahora no documentada en el sitio: los fósiles de impresión.Gracias a este hallazgo, los investigadores comenzaron a explorar nuevos sectores del parque y a aplicar técnicas diferentes de búsqueda. Como resultado, empezaron a encontrar más evidencia de vida insectil. “Ahora hemos comenzado a encontrar más fósiles de insectos al ampliar dónde y cómo buscamos”, comentó Demers-Potvin. “La diversidad de vida de los insectos durante este período fue probablemente mucho mayor de lo que pensábamos”.
Más allá de su aspecto y de su función en la cadena alimentaria, lo que hace especialmente relevante a este fósil es la información que ofrece sobre el comportamiento de las libélulas de su tiempo.
La estructura de sus alas sugiere que esta especie estaba adaptada para planear, lo que permite vincularla con libélulas migratorias actuales. “La anatomía del ala nos dice que esta especie estaba adaptada para planear, un rasgo asociado con las libélulas migratorias actuales y posiblemente una clave para su éxito”, explicó el profesor Hans Larsson, director del curso de campo y experto en evolución.En términos paleontológicos, el descubrimiento es especialmente relevante porque reafirma que la Formación Dinosaur Park puede preservar insectos de formas variadas, y no únicamente a través del ámbar. Esa revelación cambia por completo las expectativas de los investigadores que estudian la biodiversidad del Cretácico tardío en América del Norte. Lo que hasta hace poco parecía una limitación geológica, hoy se convierte en una oportunidad de ampliar el mapa fósil.
La publicación oficial del hallazgo se realizó este mes en el Canadian Journal of Earth Sciences, lo que garantiza su validación científica y su circulación internacional. Para un país como Canadá, donde los grandes protagonistas del pasado geológico han sido durante décadas los dinosaurios, la aparición de un insecto tan pequeño como significativo permite una expansión del foco hacia otros aspectos menos explorados de los ecosistemas mesozoicos.El equipo de la Universidad McGill, liderado por Larsson, continuará con las investigaciones en la zona. La expectativa es que más fósiles similares aparezcan a medida que se profundiza en los nuevos métodos y estrategias de exploración.
Si algo demostró este hallazgo es que el registro fósil de Alberta todavía guarda secretos, y que incluso una estructura tan frágil como un ala de libélula puede ser clave para cambiar lo que se sabe sobre el pasado remoto.Un ala de libélula, fosilizada entre hojas y rocas, sirvió como pasaporte hacia una época olvidada, pero no del todo perdida.
Fuente: telam
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