27/07/2025
Pablo Katchadjian: “Libertad en literatura es hacer lo que se te cante, y que eso contagie”

Fuente: telam
El escritor argentino, que acaba de reeditar su novela “La libertad total”, habló con Infobae Cultura sobre la experimentación literaria, el juicio con María Kodama y cómo su obra hace cortocircuito con las ideas dominantes
>Si acaso es posible la escena donde un hombre, o una mujer, lee un libro y se mata de risa —el volumen en el regazo, la cara hacia el techo, los ojos cerrados, la boca abierta llena de carcajadas—, ese libro bien podría ser La libertad total de Pablo Katchadjian. “¿Te parece? Mirá que le pasan cosas malas a los personajes, muy malas”, dice del otro lado de la línea, desde su casa, en el barrio de Almagro, y se ríe. Lo terminó de escribir en 2011, lo publicó originalmente en 2013 por el sello Bajo la Luna y acaba de ser reeditado por Blatt & Ríos. El título resuena distinto ahora, cuando el país del “grito sagrado” se encuentra comandado por un partido llamado La Libertad Avanza.
Los personajes de la novela están encerrados, sí. Y obligados. ¿A qué? A pensar en “cosas que no te interesan” y “de maneras poco estimulantes”, se lee. Y “si no cumplís, te castigan”, y “todo lo que pensás lo olvidás”. Son temas universales que resuenan de modos diferentes según la época, como este libro, que un nuevo contexto habilita una interpretación diferente. “Cuando lo releí para esta nueva edición pensé: uy, libertad, qué palabra cargada de manera horrible. Y es una palabra que me gusta. ¿Viste que los obligan a hablar sobre libertad? El libro empieza con esa escena: están obligados a pensar en la libertad“, dice el autor. Afuera ya dejó de ser mediodía.
Primero fue la música. A los 15 armó una banda punk: tocaba la guitarra, cantaba y componía. “Haciendo letras fue que terminé escribiendo poesía”. Sus primeros libros fueron poemarios: DP canta el alma en 2004 y El calm del alch en 2005. “Y de repente decís: quiero escribir una historia. No fue desde mi casa, sino saliendo de mi casa más bien”. Pero en un momento aparece la posibilidad de hacer con la literatura una especie de performance. Con El Martín Fierro ordenado alfabéticamente dejó a la escena literaria con la boca abierta: los 2316 versos de la primera parte del Martín Fierro en orden alfabético. Lo publicó mediante el sello Imprenta Argentina de Poesía (IAP).”El resultado es un poema a la vez extraño y conocido, una cámara de ecos del poema nacional >“El apoyo fue lindo, pero mientras duró tapaba prácticamente cualquier cosa que hacía. Salía un libro y decían ‘el libro del autor que...’ En ese sentido fue todo un embole. Siete años de embole”, hasta que se cerró el juicio. “Nunca dejé de escribir. Lo que sí pasó fue que me di cuenta que está bueno que te rechacen también. Como un aprendizaje”, agrega. Un año después publicó Qué hacer, donde todo ocurre en un aula y capítulo a capítulo la escena se repite con variaciones surrealistas. “Todas las tensiones que articulan la literatura de nuestro país pueden ser leídas en su trilogía argentina”, escribió Juan Terranova en Los gauchos irónicos sobre estos tres libros. Después vinieron muchos libros más. La poesía escrita junto a Marcelo Galindo y Santiago Pintabona, con quienes fundó el sello IAP, los relatos de El caballo y el gaucho y Tres cuentos espirituales, libros más experimentales, y las novelas como Gracias, que “releyéndola ahora, con este contexto, me llamó la atención que están los esclavos oyendo a los amos hablar de la esclavitud. Un esclavo, el más ingenuo, pregunta: ¿están hablando de la esclavitud? No, de no pagar impuestos, que es la idea de libertad de los amos”. Pablo Katchadjian estudió Comunicación y Letras en simultáneo, pero terminó la primera. Además de escritor, es docente universitario.La libertad total “nace de esa frase, que la libertad total no existe, y se me ocurrió que alguien la respondiera. Apareció eso y lo anoté como si fuera un diálogo”. En ese momento, Katchadjian estaba leyendo los Diálogos de Platón, y acababa de publicar dos novelas extrañas, Qué hacer y Gracias —la primera de narración circular, la segunda siempre hacia adelante—, por lo que “estaba pensando mucho en la cuestión del narrador, que siempre es un asunto importante: quién cuenta las cosas, qué es esa voz”. “Entonces me dieron ganas de hacer una novela sin narrador. Porque para mí no es una obra de teatro, ni un guion, ni siquiera un diálogo, es una novela”, asegura.La libertad total es un experimento literario. Como un científico loco, un brujo o un alquimista, Katchadjian busca “hacer posible lo que todavía no lo era”. “En las clases sobre Spinoza, Deleuze dice que uno se imagina toda esa gente en esa época, todos los pintores, los filósofos, todos obligados a pensar y escribir y dibujar cosas relacionadas con Dios, con las Escrituras. Y uno dice: ¡Qué cárcel! Pero si uno lo mira con atención, todo el tiempo estaban subvirtiendo esa imposición. Y él dice algo que me gusta: que seguramente lo hacían con la risa de estar como subvirtiendo una imposibilidad. Ese placer cuando de repente dicen: ¡Sí, puedo hacer esto! Increíble, ¿no? >Otro término que flota en la abstracción de esta lectura es el absurdo. “El absurdo tiene que ver con el sentido”, dice el autor. “Para mí el absurdo es parecido al misticismo, en el sentido de que el misticismo parte de que no se puede nombrar ni acceder a Dios, y en el absurdo no se puede acceder al sentido. Es un intento por rodear ese sentido para ver qué es lo que aparece y qué es lo que dice. El efecto que tiene siempre el absurdo es que te parece que tiene mucho sentido. Pero en realidad a mí no me interesa la experimentación ni el absurdo, sino la posibilidad de subvertir imposiciones. Si pienso en qué me interesa, pienso en lo que pasa al momento de escribir”, agrega.
—Dos preguntas finales y abiertas. Entre las singularidades de tu literatura está en el diálogo que establece con el mecanismo literario. Hablamos de experimentación, de absurdo, de abstracción, y en cada libro nuevo hay un juego nuevo. ¿Qué tiene la literatura que te y nos seduce tanto? ¿Por qué tu obsesión con la literatura?
—¿Por qué esto y no otra cosa? No sé, a veces hago otras cosas, pero finalmente uno tiende al mismo lugar. Ayer estaba escribiendo un ensayo y estaba pensando en esto de Platón y la expulsión de los poetas de la República. Platón dice que no tiene que haber poetas en la República. Está esta idea de que los poetas son personas que copian algo que ya era una copia y todo esto, pero hay una cosa más interesante que él dice: si viniera un poeta a nuestra República, lo felicitaríamos, le diríamos que es un ser increíble, que nos encanta que sea así, que está muy bien, lo llenaríamos de incienso y de regalos y le diríamos que se vaya a otro lado. O sea, hay un valor. Pero él dice: no hay lugar. ¿Y por qué no hay lugar para un poeta en la República? Porque no se puede hacer nuevos cantos sin que se alteren las leyes de la República. Él dice: los poetas están todo el tiempo haciendo cantos nuevos sin saber qué es lo que están haciendo. Y lo que hacen es modificar las leyes de la República y no queremos que eso ocurra. Hay algo ahí que es interesante: no saber lo que estás haciendo es la única forma, para mí, de hacer algo nuevo. Puede salir, puede no salir, pero para mí es la dirección. Para mí un canto nuevo puede modificar las leyes de la República. La música también, obviamente la pintura; el arte en general.—Los personajes dicen que la libertad total no existe; yo no sé si pienso eso. Y lo que dice este gobierno de la libertad a mí me tiene sin cuidado. Porque me parece que no tiene nada que ver con la libertad: ni lo que dice ni lo que hace. En un punto se podría sacar de la ecuación al gobierno y la palabra libertad como para pensarlo. Con lo que decíamos al principio, tiene una idea de libertad que es la de no pagar impuestos, que es como piensan la libertad los ricos. Como eso no es libertad, no tiene nada que ver. Para mí la libertad, pensando en literatura, es que puedas y te animes a hacer lo que se te cante, nada más. Y que se contagie, que otra gente lo vea y diga: ‘Ah, mirá, hizo lo que se le cantó. Yo también voy a hacer lo que se me canta’. Eso me parece hermoso.
Fuente: telam
Compartir
Comentarios
Aun no hay comentarios, sé el primero en escribir uno!