13/07/2025
Eran prostitutas, creían que no iban a llegar a viejas y hoy trabajan de cuidadoras: tres mujeres trans y su primer empleo formal

Fuente: telam
Luciana Méndez, Maia Antesana y Yenifer Pereira son las protagonistas de “Cuidadoras”, un documental que narra cómo dejaron el trabajo sexual y se incorporaron al sistema laboral en condiciones formales. A pesar de que ganan menos dinero, accedieron a derechos, estabilidad y, por primera vez, a la posibilidad de imaginar un futuro
>Yenifer Pereira (35) pasó años trabajando en la calle, parada en una esquina, “encamándose con cualquiera”. Lo hizo en Paraguay, en Brasil y también en Buenos Aires. Sufrió abusos, fue humillada, golpeada y robada. Durante mucho tiempo no imaginó un futuro posible. “Creía que no iba a llegar a vieja”, le cuenta a Infobae. No es una percepción aislada: la expectativa de vida de las personas trans en Argentina sigue siendo menor a los 40 años.
Yeni, como la llaman todos, es una de las protagonistas de Cuidadoras, el documental dirigido por Martina Matzkin y Gabriela Uassouf, que sigue a tres mujeres trans que lograron acceder a un trabajo formal en el sistema público. Nada de lo que muestra la cámara está ficcionado. El film va tras los pasos de Luciana Méndez, Maia Antesana y Yenifer Pereira mientras cumplen sus tareas en el hogar y enfrentan, por primera vez, las rutinas de un empleo registrado. Si bien cada una tiene orígenes e historias distintas —Luciana es de Buenos Aires, Maia de Salta y Yeni de Paraguay— comparten un mismo deseo: construir su propia vejez lejos de la prostitución, una actividad a la que todas recurrieron en algún momento para sobrevivir.
Cuando decidió migrar desde Paraguay a la Argentina, allá por 2009, Yeni lo hizo con la convicción de que iba a encontrar una mejor calidad de vida. “En ese entonces me dedicaba al trabajo sexual, como el 90% de las chicas trans. Vine acá para estar en el rubro de limpieza, pero al final terminé haciendo lo mismo”, cuenta.
El cambio llegó años después, cuando Yeni regresó a Buenos Aires y se acercó a la El curso que cambió su vida fue también el punto de partida para el documental, que comenzó a gestarse en 2017. En ese momento, Martina Matzkin y Gabriela Uassouf —codirectoras de Cuidadoras— visitaron un hogar público donde trabajaban mujeres trans y quedaron impactadas. “Nosotras somos militantes por la diversidad hace muchos años y, si bien, conocíamos muchas historias, esta era una postal particular: para las mujeres trans, pensar en la vejez todavía es ejercer un derecho que les fue negado durante décadas, porque su expectativa de vida sigue siendo mucho menor que la de las personas cisgénero. Justamente, la pregunta que nos hicimos fue: ¿cómo cuida a un anciano, alguien para quien la ancianidad es un privilegio?”, cuenta Gabriela a Infobae. Y sigue: “Entonces propusimos el proyecto y empezamos a filmar, pero llegó la pandemia y echó todo por la borda”.
Para llegar desde su casa, ubicada en el barrio porteño de Barracas, al hogar, que queda en Zona Norte, Yeni se levanta todos los días cerca de las cinco de la mañana. Trabaja de 7 a 14 y, después de su turno, se va a cursar el secundario. Volvió a estudiar hace poco, con la intención de seguir formándose: sueña con ser enfermera o kinesióloga.
“Este es mi primer trabajo formal. Me costó llegar, me costó adaptarme también, pero era lo que yo quería”, dice. Lo más difícil fue el dinero. “Haciendo el trabajo anterior, en una o dos noches sacaba lo que acá gano en un mes. Tuve que cambiar mi forma de vivir, achicar gastos, pero no me quejo”, asegura.“El hogar, donde cuidadoras y residentes conviven, sueñan, se frustran, es un personaje más de la película. En el día a día de la residencia, lo más particular termina mostrándose universal. Elegimos retratarlo con la menor intervención posible del espacio, aprovechando siempre la luz natural, empleando la cámara fija para observar el encuentro y dejar que la magia ocurra”, cuentan las directoras.
Una de las residentes se dirige a Maia en masculino. Su compañera la corrige con naturalidad. Maia sonríe, se suelta el pelo y sigue con lo que estaba haciendo. El uso correcto del pronombre sigue siendo un desafío en muchos espacios, pero en el hogar no parece interferir en el vínculo. “Yo creo que hay cierta confusión, por ahí no saben bien cómo tratarnos, pero nunca me hicieron sentir mal. Al contrario: me sorprendió mucho cómo nos recibieron”, dice Yeni.Ahora espera que la película circule, que emocione, incomode o invite a reflexionar, pero sobre todo que se vea. “Es importante que la gente entienda que sí podemos, y que necesitamos apoyo, porque todavía hay mucha discriminación hacia nosotras. Seguimos pasando muchas incomodidades”, dice.
“Cuidadoras es un ejemplo de unas políticas públicas que funcionan muy bien y que hoy están amenazadas: la educación pública que formó a las cuidadoras; el cupo laboral trans que les dio la posibilidad de ejercer una profesión nueva y forjar un futuro posible; los fondos que financian al hogar, que prioriza a personas sin los medios económicos para acceder al sector privado. Los recortes brutales sobre las personas mayores crecen a la par de los discursos de odio frente a la diversidad. Esta película busca contraponer la empatía y el cuidado, al desdén que tiene el gobierno actual —y muchos otros en el mundo— sobre la vejez, la diversidad y lo público”, detallan las directoras del film.*Cuidadoras ganó el Concurso Incubadora del INCAA y cuenta también con apoyo del Ministerio de Cultura de Chile y el Programa Ibermedia. Durante su desarrollo fue seleccionada en espacios como el Doc Corner del Marché du Film del Festival de Cannes y el Foro de Coproducción Documental de San Sebastián.
*Cuidadoras tiene una duración de 80 minutos y puede verse en elFuente: telam
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