10/07/2025
Migrar: el duelo invisible, la nostalgia que transforma y la reconstrucción de la identidad en tierra ajena
Fuente: telam
Testimonios y expertos destacan cómo el desarraigo afecta la vida cotidiana, desde la adaptación a nuevas costumbres hasta la búsqueda de pertenencia en comunidades desconocidas.
>La migración es un duelo real. Con esto, se refleja el impacto emocional de dejar el país de origen, abordando el fenómeno desde la perspectiva de quienes han emigrado y de especialistas en salud mental. Y es que en definitiva, el desarraigo afecta la identidad, la nostalgia y el sentido de pertenencia de los migrantes.
La migración implica una pérdida múltiple: no solo se deja atrás la vida cotidiana y los vínculos, también se renuncia a grandes aspectos de la vida: desde marcas de nacimiento como los tonos al hablar, las palabras familiares; hasta situaciones diarias, tan simples como las marcas que se compran y encuentran en el supermercado. Evidenciando que el duelo migratorio se manifiesta en los detalles más cotidianos.
Sin embargo existe la posibilidad de transformar la nostalgia en una fuerza positiva. La psicóloga citó a la escritora Melinda Tom, autora de “La nostalgia feliz”, para ilustrar cómo la memoria y las huellas del pasado pueden integrarse en la vida presente sin convertirse en un obstáculo. “Se trata justamente del trabajo para recuperar esas huellas, esas marcas, esa historia que es la que hace que una vida sea la vida de una misma, sin que funcionen como un yunque, como un peso”, explicó.
La soledad y la sensación de no pertenecer a ningún lugar constituyen uno de los desafíos más profundos de la migración. “Es la soledad del limbo, el dolor más profundo de la migración, esa experiencia de no pertenecer al lugar de donde uno se fue y tampoco terminar de pertenecer en el lugar donde uno vive”, resumió la especialista.
El sentimiento de no ser “ni de aquí ni de allá” suele ser recurrente en los testimonios. Muchas personas aseguran que al regresar a su país de origen ya no se sienten parte de él, pero tampoco logran integrarse plenamente en el país de acogida. La psicóloga explicó que “construir lugares de pertenencia puede llevar muchos años de una vida” y que el sentimiento de pertenencia se desarrolla cuando la persona logra realizarse en el nuevo entorno, por ejemplo, al establecer rutinas laborales o sociales.La adaptación y la reconstrucción de la vida en el extranjero requieren una decisión activa. Es importante buscar comunidades y conexiones en el nuevo entorno. La especialista concluyó que los migrantes “hacen un trabajo enorme, un trabajo subjetivo y un trabajo social enorme”, reconociendo el esfuerzo que implica reconstruir la identidad y el sentido de pertenencia lejos del país natal.
Fuente: telam
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