06/07/2025
Jamil Mahuad, ex presidente de Ecuador: “En cada elección luchamos para que el país no se convierta en un narcoestado”

Fuente: telam
En su paso por Buenos Aires, el académico de Harvard dialogó con Infobae sobre sus años al frente del gobierno ecuatoriano, en los que dolarizó la economía y firmó un acuerdo de paz con Perú. También analizó la situación actual del país, y apuntó contra el correísmo por el auge del crimen organizado
>El 10 de agosto de 1998 Jamil Mahuad asumió la presidencia de Ecuador en medio de una grave crisis económica que se acentuó meses después por “el peor fenómeno del Niño en 500 años”. En medio de ese clima de incertidumbre, y ante la falta de respaldo internacional, tomó una decisión que prácticamente no tenía precedentes en el mundo: dolarizar la economía. Esa decisión no sólo cambió la economía de su país, sino que se convirtió “en un caso de estudio” en las universidades internacionales más prestigiosas.
Con un tono calmo y reflexivo, brindó una extensa entrevista en la que hizo un repaso de los turbulentos años que le tocó gobernar el Ecuador hasta que tuvo que dejar la presidencia por un golpe de Estado en enero de 2000. Años en los que, además de aplicar medidas económicas inéditas, negoció la paz con el Perú de Alberto Fujimori.
Si bien destacó los esfuerzos del actual presidente Daniel Noboa por combatir al crimen organizado, sostuvo que el del narcotráfico “es el principal desafío” del país, y advirtió: “Es una lucha que va a tomar tiempo”.
-Presidente, muchas gracias por recibir a Infobae. Me gustaría empezar hablando sobre el principal hecho que marcó su presidencia, que fue la dolarización del Ecuador. ¿Cuál era el contexto del país que llevó a tomar una decisión que no tenía muchos precedentes en el mundo?-A mí me gusta mucho la reflexión de José Ortega y Gasset, cuando él dice “yo soy yo y mis circunstancias”. De ahí que su pregunta sobre el contexto es absolutamente adecuada. El 81% de las exportaciones ecuatorianas venían de cuatro productos: camarón, banano, pesca y petróleo. Y tuvimos el peor fenómeno del Niño en 500 años, que nos destruyó las primeras tres. Quedamos pendientes del precio del petróleo y de los préstamos internacionales. El petróleo bajó a 7 dólares por barril; más bajo que el costo de producción. ¿Por qué no dejamos de exportar si perdíamos dinero? Porque si deja de bombear, pierde los pozos. Entonces es una tragedia. Un país que no exporta y que tiene más demandas de dólares porque está inundado, sufre un incremento en el precio de la divisa enorme. Entonces hay una macro devaluación que se traduce a precios y genera brotes de hiperinflación. Sobre eso actuamos con las típicas medidas que están en los libros que se enseñan en las universidades, que recomienda el Fondo Monetario Internacional. En una situación tan dramática como esa, ninguna de esas medidas funcionó. Luego intentamos préstamos, pero los mercados estaban cerrados por la crisis asiática para todos los países y no logramos concretar un programa con el Fondo Monetario. Entonces, estábamos realmente en una situación casi trágica, dramática sin duda, pero casi trágica. En esas condiciones, nos dejaron solos, no hubo ningún gesto de la Comunidad Financiera Internacional para ayudar, y dije: “Yo tengo que hacer algo por mi país, no podemos seguir así; y tengo que pensar fuera de la caja típica”. La dolarización no fue oferta de campaña. Yo quería un buen programa de ajuste de la economía. Pero ante esas circunstancias y habiendo agotado todos los recursos conocidos, y viendo que ninguno operaba, me decidí a estudiar el sistema de la dolarización. -Usted dice que no fue un eslogan de campaña, ¿cómo recibió la gente esta medida?-Pasaron 25 años ya desde aquel momento. ¿Qué análisis hace de estas dos décadas y media? ¿A juzgar por la situación actual del Ecuador, considera que fue la mejor receta para el país?
-Fíjese que yo dolarizo en contra de la opinión del Fondo Monetario Internacional. Sin embargo, un alto funcionario, un economista de primera línea, como era Stanley Fischer, que estuvo en contra de la dolarización, y del número uno del fondo, después dijo: “Tengo que reconocer que fue la medicina correcta, para el paciente correcto, en el momento correcto”. Por eso yo creo que fue una salida muy buena para mi país. Y por eso mismo yo no predico dolarización. Yo sugiero que usen el método de chequear las tres patas, que tenga viabilidad política, apoyo social y que sea técnicamente correcto. Cada país debe hacer eso con lo suyo y llegar a su propia conclusión. Fíjese los resultados 25 años más tarde. Primero, más del 90% de apoyo de la población. ¿Por qué el dólar no se ha caído en un país tan inestable como el mío? Hemos tenido todo tipo de gobiernos, de diversas ideologías, diversos orígenes y nadie ha cambiado el dólar.-Y con un sector muy crítico como el de Rafael Correa, que en reiteradas oportunidades ha amenazado con terminar con la dolarización…-Mientras Ecuador transita esa estabilidad económica, desde hace años viene sufriendo una pronunciada inestabilidad política. Usted, de hecho, deja el cargo como consecuencia de un golpe de Estado. ¿Cómo vivió ese momento, y cómo es su vida en el exilio tras la persecución política en su contra?
-¿Qué fue el correísmo para el Ecuador?
-Primero fue parte de una ola. Entre 1997 y 2002, hubo diez gobiernos en América Latina que no lograron terminar sus periodos. Cubas en Paraguay; Bucaram, Gutiérrez y yo en Ecuador; Fujimori en Perú; Sánchez de Lozada y Mesa en Bolivia; de la Rúa en Argentina; Aristide en Haití; el propio Chávez fue prácticamente derrocado y volvió al poder. Comparados con el número de países de la región, si usted fuera médico diría, “algo hay en el agua, esto es una epidemia”. Y lo que había era una crisis económica terrible que ha afectado a todas partes: desde la Patagonia hasta el Caribe. Presidentes nuevos, viejos, de partidos tradicionales, outsiders, presidentes que habían hecho reformas que no habían hecho ninguna, que estaban en la mitad de la reforma, todos afectados. Lo único que había en común era una crisis económica, excepto en el caso de Gutiérrez en Ecuador, que sin crisis se cayó por pura ineptitud. Después de eso, del 2002 al 2007 solamente dos presidentes no logran terminar: Lugo en Paraguay y Zelaya en Honduras. ¿Qué pasa? ¿Cambió el mundo? ¿Son ellos mucho mejores que los anteriores? No, apareció un gigante mundial llamado China que empezó a comprar todos los productos de cada uno de los países con muy buenos precios, mejoró la economía y entonces la estabilidad vino casi inmediatamente. Esos gobiernos que, además se autocalificaron de socialistas del siglo XXI y ya sabemos todo lo que hicieron, no solo en ineficacia sino en niveles extraordinarios de corrupción que no se habían visto antes, ganan porque hay un caldo de cultivo de gente que no está contenta y quiere algo nuevo. Ganan porque tienen plata y se mantienen porque tienen plata, porque populistas ha habido siempre, pero ¿por qué estos populistas eran reelegidos? Porque había dinero. Lo peor que le puede pasar a un país es tener un populista con dinero gobernando. Y tercero, eran muy buenos comunicadores, tenían ese mérito, se conectaban con la población. Entonces, parte de eso es Correa. Y además logran explotar este sentido de esperanza del pueblo, que a ratos se vincula con el famoso realismo mágico de la novela latinoamericana. Prometer cosas que son lógicamente imposibles, pero que en la esperanza de un futuro mejor la gente las cree y las vota, y después lamentablemente se arrepiente.-A mí la vida me ha enseñado que jamás hay que descartar a un populista. Porque hay un caldo de cultivo, póngale 25 o 30% de la población que espera un populista, que cree que solo el populismo lo saca adelante. En el peor de los casos para el populista, el populista se desgasta, pero aparece otro que ocupa ese lugar. En el caso de Correa, yo creo que han perdido mucho, han perdido tres elecciones sucesivas. Es interesante que tuvieron chances de ganarla y el rato en que dijeron que iban a cambiar el dólar, que no les gustaba el sistema perdieron votos y perdieron la elección, pero han llegado a segunda vuelta. Es decir, siempre hay que estar vigilante sobre eso y creo que se puede aplicar lo mismo a otros países.
-Antes de consultarle sobre la situación actual de Ecuador, me gustaría volver por un momento a lo que fue su gobierno, ya que, a pesar del poco tiempo que estuvo en el poder, también hubo un hecho muy importante como fue la firma de un acuerdo de paz con Perú. ¿Cómo fue el trasfondo de esa negociación, y cómo fue negociar con Fujimori?En el mensaje presidencial inaugural, le invito al presidente Fujimori a que iniciemos negociaciones. El presidente acepta y tuvimos diez sesiones personales en diez semanas consecutivas, en diferentes partes. Negociamos en Paraguay, Nueva York, Washington, Brasilia, Oporto... Y en 77 días, tomando como base lo anterior, pidiéndole yo al canciller ecuatoriano que continúe como canciller, logramos firmar la paz en Brasilia, que fue un acto de celebración de todos los países de América. Porque, en palabras del presidente Clinton, con esa firma resolvimos la última fuente de conflicto internacional armado del hemisferio. En el presidente Fujimori yo encontré un interlocutor sensato, serio. Jamás cambió algo que había dicho. Buscaba la paz. Ambos nos dimos cuenta de que el problema no es el otro; el problema es que los dos queremos lo mismo y tenemos que ser colegas en buscar una fórmula para solucionar eso que ambos queremos.
-Sin embargo, Ecuador sigue teniendo un problema que se ha agravado en los últimos tiempos que es el tema de la inseguridad. En los últimos días vimos la detención del líder narco “Fito”. ¿Cómo ve la situación actual del país? ¿Considera que el tema de la violencia es el principal desafío del gobierno de Noboa?
Fuente: telam
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