06/07/2025
Tuvo a Monzón como mentor, pero un accidente truncó su carrera: Frankie Verón, el hombre que desde la pobreza extrema forjó una dinastía de campeones

Fuente: telam
Cinco generaciones de boxeadores, lo apadrinó Tito Lecture y ganó todo en su época amateur. Tras el grave accidente, resurgió como técnico, cumple un destacado rol social donde entrena a sus cinco hijos, dos que irán por el sueño de un título mundial
>“Mirá de dónde venimos, de muy allá abajo. Vivíamos de traer comida que la gente tiraba al basural (CEAMSE), carne vencida o lo que sea. No tenía trabajo y había que darle de comer a la familia, así que me iba con mis hijos mayores a cirujear para poder comer”.
La familia Verón representa cinco generaciones dedicadas al boxeo, con un linaje que comenzó con el abuelo de Frankie, continuó con su padre —el “Torito Verón”, homenajeado con un monumento en Concordia— y se proyecta en sus propios hijos y nietos. “Ya la quinta generación, tengo un nieto que todavía usa pañales y ya está practicando boxeo”, cuenta Frankie, quien a sus 60 años sigue al frente del gimnasio junto a su equipo y su socio Pachano, con quien comparte la tarea de sacar chicos de la calle y brindarles contención.
La vida de Frankie estuvo marcada por la adversidad. Tras una carrera amateur de 50 peleas —con una sola derrota en los Juegos Sudamericanos de Chile—, un grave accidente lo dejó con una discapacidad: “Me corté el pie el 29 de diciembre del 86 y a los dos meses ya estaba entrenando de vuelta”. Peleó cuatro veces sin esa extremidad y llegó a ser campeón argentino amateur nuevamente, hasta que la Federación le prohibió seguir compitiendo tras más de cuatro décadas en el pugilismo.
“Monzón era uno de los que se ponía al lado mío y me trataba de enseñar. Calladito me hablaba al oído, tenía una muy buena relación. Incluso llegué a hacer sparring con uno de sus pupilos, campeón nacional, y se sorprendía cómo yo siendo amateur le pegaba. Se metía en el medio y decía: ¿Cómo puede ser que este pibe siendo amateur te esté pegando así?‘“.
Sin embargo, todo se precipitó con un accidente inesperado. Así recuerda Frankie el grave episodio que sufrió: “Lamentablemente se truncó mi carrera por un error humano que le puede pasar a cualquiera. Venía sentado en la puerta de un tren y me agarró un puente. Recuerdo que me decían: ‘No, Verón, ¿cómo va a seguir en el boxeo? Dedíquese a ser entrenador’. Pero tengo 20 años, ‘¿qué voy a ser entrenador?’, respondí. En 50 peleas no me ganaron ni con el pie menos. Pero bueno, pasaron 20 años de ese accidente, me casé y volví al boxeo”.De ese mal momento, Frankie destaca un gran gesto que tuvo Carlos Monzón: “Cuando pasó lo de mi accidente fue el primero que se preocupó y vino a colaborar en un evento de boxeo que se armó en José León Suárez en marzo del 87 para reunir el dinero para comprarme la prótesis”.Entre sus hijos, Luis Alberto Verón de 33 años fue Campeón Latino y Sudamericano, llegó a estar cuarto en el ranking mundial detrás de figuras como Manny Pacquiao y Dani García, y acumuló 17 peleas invicto como profesional. Nicolás “El Mazazo” Verón, que en amateur ganó todo, tuvo tres oportunidades de pelear por el título mundial y fue parte de la selección argentina. Bebu Verón (14-1-1, 10KOs), otro de los hijos, es Campeón Continental mediano AMB, olímpico en Tokio 2020, suma más de 140 peleas como amateur y 15 como profesional, y se prepara para una pelea clave en California, Estados Unidos, el 12 de julio contra el mexicano Vladimir Hernández, 15° en el ranking mundial de la AMB. “Ya logró ser olímpico, ahora su objetivo es llegar a ser campeón mundial. Y lo va a lograr porque tiene la pasión y la disciplina”, asegura Frankie.
“Arranqué así más para darle una mano y después nos fuimos metiendo y, bueno, creo que mal trabajo nos hicimos. Sacamos un campeón continental. Vamos bien”, detalla Jony sobre su cómo se formó su gran amistad con Frankie hace una década.
Maxi Verón, de 22 años y con más una decena de títulos nacionales y regionales, también se prepara para su primera pelea internacional en España, donde el 17 de julio se enfrentará al marroquí Moussa Gholam (un rival ranqueado número 12 del mundo que ostenta el título intercontinental de peso superpluma de la OMB desde 2019), en un evento organizado por la AMB. Será una vidriera importante que lo puede dejar entre los 15 mejores del mundo. Después se encuentra el menor, Fabricio Daniel Verón, de 20 años y récord amateur: 35 ganadas, 7 pérdidas. Doble campeón regional categoría 64kg en 2024 2025 y campeón de la Liga Metropolitana.El método Verón combina rigor, pasión y una competencia sana entre hermanos. “No es que se quieran superar, o sea, se superan entre ellos y dicen, ‘Si vos hiciste 50 dominadas, yo voy a hacer 60’”, relata Frankie, que exige a todos —hijos y alumnos— el mismo compromiso. “Yo de chiquito los miraba. Luis llevaba los guantes a casa y con Bebu guanteábamos en la pieza. Nos escondíamos, cortábamos una naranja que nos poníamos como bucal y empezábamos a guantear. Los rounds eran infinitos, hasta que estaba la comida, comíamos y volvíamos a pelear. Sino salíamos a la calle, invitábamos a los pibes de la calle a guantear”, recuerda el joven Maxi.
Verón padre retoma la pelea de Maxi y asegura que será más exigente: “Él tiene una pelea más difícil. Por ejemplo, Bebu va a pelear con un ranqueado número 50 y Maxi enfrentará a uno que figura 12 en el ranking. Si gana esta pelea lo supera en puesto a Bebu, por eso está muy enfocado”. La pelea, que enfrentará a un 145° frente a un top 15, tendrá además la particularidad de que será “totalmente de visitante”. Porque Moussa Gholam es marroquí, pero está radicado en España, de donde es oriunda la promotora que lo representa, y el lugar en el que se llevará a cabo el combate será el Teatro Las Vegas de Madrid.En el gimnasio, es el técnico; en casa, el padre. La madre, Marta, es la que pone los límites y educa, mientras Frankie se define como el permisivo y el amigo. La pasión por el deporte de los puños se la transmitió a cinco de sus nueve hijos, que actualmente lo practican. Y brinda una cómica explicación de por qué sus tres hijas mujeres no son boxeadoras. “Cuando nos casamos le dije a mi señora: ‘Lo único que te pido es que me des un boxeador, un hijo varón boxeador’. Y se pasó, je. Pero con una condición, las nenas no. Siempre me lo reprocha, me dice, “Te acordás cuando me dijiste que querías un boxeador, mirá, te di cinco’”.El legado de los Verón se extiende a la comunidad. Chicos con discapacidad, jóvenes de villas y barrios humildes encuentran en el gimnasio un espacio de pertenencia y superación. “¿Cuántos de estos chicos hubiesen estado en la calle? Tengo una chiquita que el médico la mandó a que haga este deporte para que se fuera desarrollando”, cuenta Frankie, quien reconoce que el título de “profe” le da vergüenza y reivindica la escuela del Luna Park como su verdadera formación. “Somos como los maestros, pero no me digan profe, díganme Franki porque para mí los profes son los que estudiaron y mi escuela fue la el Luna Park”.
“Boxeo, fútbol o lo que sea que uno se dedique hay que ser disciplinado. Yo creo que la disciplina te lleva el éxito y lo he visto en muchos boxeadores que andaban muy bien, pero les gustaba salir, el alcohol y no iban a entrenar seguido. Ahí se quedan. En cambio, si tenés disciplina vas a llegar, tenés 100% seguro que vas a llegar”, afirma Bebu.
“Que nadie se decaiga, nunca te des por vencido ni aún vencido. En su momento pensé, un corte de pie no me va a bajonear y cada día estoy más entusiasmado”, afirma como cierre Frankie, que sigue mirando a sus hijos y alumnos con la misma pasión de siempre. El futuro, para él, está en el gimnasio, en el trabajo diario y en la posibilidad de que sus hijos —y los chicos que entrena— lleguen a ser campeones mundiales. Por qué no soñar en grande y que este objetivo se pueda cumplir pronto. Esa es la principal aspiración de la familia Verón.
Fuente: telam
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