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03/07/2025

Estados Unidos envía mucha basura de plástico al extranjero: Malasia dice ‘no, gracias’

Fuente: telam

Ningún lugar recibe más plástico desechado de los países ricos, pero los envíos procedentes de Estados Unidos ya no son bienvenidos

>A la sombra de las luchas arancelarias del presidente Donald Trump, se está librando otro tipo de guerra comercial, una que implica envoltorios de golosinas y botellas de plástico.

Puede que no parezca gran cosa. Pero Estados Unidos depende cada vez más de países como Malasia para ocuparse de la basura plástica. Los gestores estadounidenses de desechos enviaron alrededor de 32.000 toneladas de residuos plásticos a Malasia el año pasado, según datos comerciales analizados por la Red de Acción de Basilea, un grupo sin ánimo de lucro que hace un seguimiento de los asuntos relacionados com los residuos plásticos.

La agitación en el poco conocido comercio de residuos plásticos tiene su origen en la decisión adoptada por China en 2018 de prohibir, por las mismas razones que Malasia, las importaciones de residuos de papel y plástico. Antes de eso, China había aceptado durante años hasta la mitad de los desechos de plástico y papel del planeta.

Desde entonces, los países de Europa y Norteamérica han tenido dificultades con la acumulación de basura plástica. Estados Unidos recicla menos del 10 por ciento del plástico que desecha. (La contaminación por alimentos y de otro tipo en los residuos plásticos dificulta el reciclaje, y una parte importante del plástico, como las bolsas de papas fritas que contienen capas de diferentes plásticos y otros materiales, simplemente no puede reciclarse de forma económica).

El resto acaba en vertederos, se quema o se envía al extranjero. Y aunque han surgido nuevos destinos, cada vez son más los países que empiezan a decirle no a la basura. Este año, Tailandia e Indonesia también han anunciado que prohibirán importar residuos plásticos.

El mundo produce alrededor de 460 millones de toneladas de plástico al año, más del doble que hace dos décadas, y una cantidad cada vez mayor de residuos plásticos aparece en costas y riberas, así como en ballenas, aves y otros animales que los ingieren. Los investigadores han calculado que cada minuto llega al océano el equivalente a un camión de basura de plástico.

La gente de los países ricos puede suponer que el plástico que separan diligentemente se recicla, dijo, algo que denominó “ciclo de los deseos”. Sin embargo, en lugar de ir a parar a un flujo de reciclaje, “gran parte se redirige a los residuos”, dijo.

La Ley de Aduanas modificada de Malasia prohíbe todos los cargamentos de residuos plásticos procedentes de países que no hayan firmado el Convenio de Basilea, un acuerdo mundial que regula los residuos peligrosos, incluido el plástico. Esto pone a Estados Unidos, el único país importante que no es parte del acuerdo, en una situación especialmente delicada.

En un correo electrónico enviado a los clientes el 20 de junio y compartido con The New York Times, Steve Wong, director ejecutivo del intermediario mundial de residuos plásticos Fukutomi, dijo que los envíos de desechos de plástico a Malasia ya se habían “paralizado prácticamente”.

Ross Eisenberg, presidente de America’s Plastic Makers, un grupo del sector, dijo que los efectos de la política de importación de residuos plásticos de Malasia seguían sin estar claros. No obstante, “nuestra industria sigue centrada en aumentar el uso de plásticos reciclados en nuevos productos”, dijo. “Estos esfuerzos apoyan los puestos de trabajo estadounidenses e impulsan el crecimiento económico, al tiempo que conservan nuestros recursos naturales y ayudan a prevenir la contaminación por plásticos”.

La prohibición de importación de residuos plásticos estadounidenses en Malasia se debió al descubrimiento de cientos de contenedores llenos de residuos electrónicos y plásticos peligrosos que se habían declarado falsamente como materias primas para eludir las leyes de control del comercio del país, dijo Wong Pui Yi, investigador de la Red de Acción de Basilea.

Kate O’Neill, catedrática de Ciencias, gestión y políticas medioambientales de la Universidad de California en Berkeley, dijo que la prohibición de Malasia podría significar que los residuos plásticos van a empezar a fluir hacia otros países con menos capacidad para gestionar los residuos. Darle seguimiento será importante, dijo. “La industria del reciclaje todavía no se ha puesto al día con la interrupción, por lo que estas exportaciones siguen siendo necesarias”.

Esto podría conseguirse mediante diseños de envases que reduzcan el uso de plástico, medidas como la prohibición de las bolsas de plástico y políticas generales que hagan a los fabricantes más responsables de los residuos que generan sus productos.

Estas políticas se han ido extendiendo por Estados Unidos y el mundo. El martes entró en vigor en Illinois una ley que prohíbe a los grandes hoteles suministrar pequeñas botellas de plástico de un solo uso para artículos de aseo como champú y acondicionador. (Los hoteles más pequeños tienen hasta 2026 para cumplirla).

© The New York Times 2025.

Fuente: telam

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