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22/06/2025

El asesinato de Roberto Samcam, un crimen que apunta a la dictadura Ortega Murillo

Fuente: telam

El homicidio en Costa Rica del mayor retirado y reconocido crítico del régimen nicaragüense se suma a una escalada de ataques contra opositores nicaragüenses en el exilio.

>El Samcam, conocido por su rol como analista político y crítico severo del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, fue ejecutado de ocho disparos por un sicario que, según testigos, simuló ser repartidor y logró entrar al condominio donde residía, aprovechando una falla en la entrada.

“Los jóvenes nicaragüenses condenamos el asesinato político de Roberto Samcam que se suma a numerosos intentos de asesinato ocurridos en Costa Rica. No fue un crimen común: es un mensaje. Nos intentan silenciar, infundir miedo y hacer retroceder a quienes decidimos luchar”, expuso una nota pública, firmada por 29 jóvenes opositores nicaragüenses en el exilio. “Responsabilizamos directamente a la dictadura sandinista por este crimen”, señalan.

Un especialista en seguridad consultado por Infobae, que solicitó anonimato por protección, sostiene que “esta fue una operación ejecutada por un grupo que está muy bien organizado, no fue improvisado, fue una operación planificada, organizada y ejecutada con toda la premeditación”.

El experto señala que la muerte de Samcam “confirma lo que ya se había advertido: el funcionamiento de grupos o células de inteligencia del régimen de los Ortega Murillo que tienen bajo vigilancia y persecución a personas que están en el exilio, particularmente en Costa Rica”.

Samcam no era una figura cualquiera dentro del exilio. Su condición de exmilitar y su conocimiento de la estructura de seguridad del régimen lo convertían en una fuente de análisis e información privilegiada. En múltiples entrevistas, había denunciado la existencia de redes de espionaje del régimen dentro del territorio costarricense. “Aquí funcionan células que en cualquier momento pueden ejecutar operaciones contra exiliados”, había declarado meses antes.

Su asesinato es el más reciente de una escalada de violencia dirigida contra opositores nicaragüenses en el exilio. La línea de tiempo de estos ataques revela un patrón sostenido desde al menos 2021.

En agosto de 2022, un activista identificado como Carlos A. fue herido de bala en un ataque que siguió a meses de amenazas. En junio del mismo año, Rodolfo Rojas Cordero, excombatiente histórico y líder opositor de Jinotepe, apareció muerto en la frontera entre Nicaragua y Honduras, tras haber sido secuestrado presuntamente en territorio costarricense.

El caso de Erick Antonio Castillo, asesinado en febrero de 2023 en La Cruz, Guanacaste, también está en esta lista. Castillo era un joven excarcelado político que había denunciado torturas durante su detención en Nicaragua.

Uno de los casos más alarmantes ocurrió en enero de 2024, cuando Joao Maldonado y su esposa, Nadia Robleto, fueron nuevamente atacados en San José. Maldonado recibió siete disparos, incluidos impactos en el tórax y la cabeza, y Robleto uno en el cuello. Ambos sobrevivieron.

Organizaciones como el Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más han advertido desde hace años sobre la presencia de agentes o colaboradores del régimen dentro de territorio costarricense, ejecutando tareas de seguimiento, intimidación y, en casos extremos, ataques armados.

En 2018, ante la represión masiva tras las protestas de abril, se exilió en Costa Rica. Desde allí, colaboró con organizaciones como la Fundación Arias y aportó testimonio a instancias internacionales de derechos humanos. En 2022 publicó el libro Ortega: El calvario de Nicaragua”, donde analiza la militarización del poder y la deriva dictatorial del sandinismo gobernante.

En 2023, fue despojado de su nacionalidad nicaragüense por orden judicial, en el mismo proceso mediante el cual Ortega dejó sin ciudadanía a más de 300 críticos del régimen. Ese mismo año, Samcam adquirió la nacionalidad española.

Las autoridades de Costa Rica han iniciado una investigación, pero hasta ahora no han emitido declaraciones oficiales que confirmen el móvil del crimen. La fiscalía y la policía judicial han mantenido hermetismo.

Un sociólogo nicaragüense exiliado en Costa Rica, también bajo anonimato, sostiene que “el asesinato de Samcam es el de más alto perfil cometido hasta ahora contra un opositor en el exilio. En otros casos se ha intentado disfrazar de crímenes personales o vinculados a conflictos internos, incluso sembrando sospechas de actividades ilícitas como ahora con las versiones que intentan relacionar a Samcam con el narcotráfico, lo cual ya ha sido desmentido por la OIJ”.

Añade que “este es claramente un asesinato político que se origina en el análisis que brindó Samcam sobre el involucramiento de las Fuerzas Armadas en la represión, con datos claros y creíbles sobre armamento usado y responsables identificados por nombre y apellidos”.

Señala que “hay personas que están corriendo peligro, que han ocupado liderazgo y vocería pública en temas de protección de derechos humanos, medios de comunicación o participación en procesos ante organismos internacionales. Ese mensaje claramente te dice: nadie está seguro en Costa Rica, sin importar su perfil o nivel de exposición, si pertenece al exilio nicaragüense y está involucrado en procesos para el retorno democrático del país”.

Añade que, como reacción, “la comunidad de exiliados ha comenzado a afinar sus medidas de seguridad, tanto en actividades públicas como en la vida cotidiana”. Muchas actividades públicas han sido suspendidas momentáneamente, y se están revisando formas de trabajo, bajo la idea de que “el supuesto de que Costa Rica es un país seguro ya no es válido. Este crimen lo desmiente completamente”.

Destaca que Samcam era una persona extremadamente cautelosa, que no asistía a eventos públicos. “La dictadura sabía que la única forma de matarlo era yendo a su casa, y eso fue lo que hicieron”. Por ello, concluye, “tenemos que establecer nuevas formas de seguridad: chequear quién te visita, a quién se le abre la puerta, cómo se convoca una reunión o a qué eventos se asiste. Porque, como te decía, en Costa Rica nadie está seguro si pertenece al exilio nicaragüense”.

Agrega que existen múltiples denuncias que han sido interpuestas ante autoridades costarricenses, pero “no han sido atendidas de la manera más eficiente”. La penetración de redes de inteligencia extranjeras dentro de un país democrático y pacífico como Costa Rica plantea serios desafíos a su soberanía. “Este asesinato político vulnera completamente la soberanía de Costa Rica. El régimen Ortega Murillo ha cruzado líneas antes, pero ahora ha llevado su persecución a niveles que no se habían visto desde los años ochenta”, indica el analista.

Desde 2018, con el nuevo éxodo provocado por la represión, diversas fuentes han advertido sobre una reactivación de estas redes. Lo nuevo ahora es la intensificación del nivel de violencia. “Lo que no había ocurrido es que hubieran elevado el nivel de persecución hasta el asesinato claramente político. Con Samcam, han cruzado esa línea de manera abierta”, subraya el experto.

La táctica, según este enfoque, no solo busca eliminar enemigos visibles, sino disuadir a toda una comunidad. Diversos opositores exiliados han expresado públicamente su temor. Algunos se plantean mudarse a otros países, otros evalúan reducir su exposición pública.

“Al ejecutar crímenes de carácter transnacional, el régimen Ortega Murillo no solo persigue a sus críticos, sino que vulnera la soberanía y compromete la seguridad nacional de países como Costa Rica. Lo que está en juego es una amenaza regional que debe ser enfrentada con urgencia y determinación por parte de los Estados y organismos internacionales”, pide un comunicado “urgente”, firmado por más de 80 líderes opositores y periodistas nicaragüenses.

Fuente: telam

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