15/06/2025
El teatro como refugio colectivo para transformar el dolor en poesía suburbana

Fuente: telam
La obra “Ojos látigo” apela a la emoción para homenajear la identidad barrial y el poder de los recuerdos compartidos, explica aquí su autora y directora
>Vivir en Provincia -específicamente, ser del Partido de La Matanza- tiene algo muy particular: llevar en la carne los nombres de las calles. Ser un mapa con el cuerpo. Tener cada calle tallada como un verdadero territorio afectivo e identitario.
Eso es Ojos látigo: un lugar para hacer vibrar el tiempo desde la calle, desde el vínculo.
Hace dos años falleció Juanjo, el mejor amigo de uno de mis hermanos. Esa pérdida fue un cimbronazo. La pregunta que me atravesó al comenzar a escribir esta obra fue:¿Por qué mueren los jóvenes? ¿Y cómo podemos traerlos de vuelta? ¿Cómo hacer que esa juventud compartida quede inmortalizada? ¿Será con canciones? ¿Con obras? ¿Con homenajes? ¿Con qué puede uno recordar de la mejor manera?Y, más allá del dolor que me genera la pérdida, decidí centrarme en lo que aún vibra: la vitalidad de la identidad barrial compartida.
Hay algo en el asfalto que se vuelve estandarte. El cemento como sostén de todos los tiempos posibles. La frase que atraviesa la obra como un mantra es: “Hay que estar”. Una forma de resistir y a la vez de habitar. No nos pueden sacar las esquinas. No nos pueden borrar los mapas. Ni la injusticia social, ni la mala suerte, ni la propia vida pueden arrebatarnos esos únicos espacios que se presentan como eternos.Por eso la escenografía es mínima: un cartel y un banco. Porque quiero llevar a escena la intemperie de la calle con esos dos elementos que hacen anclaje en lo afectivo. Un cartel como los de cualquier club que porta identidad -“esta esquina es de estos pibes”- y un banco. Nada más. Dos objetos para hacer pasar la vida.
Ese afecto es el que trabajamos en los ensayos con los actores. “Tienen que traer la verdad al vínculo de estar juntos. Ni siquiera el texto es lo más importante. Ni la destreza física. Ni la técnica actoral. Tiene que ser una obra que logre transmitir el dolor y el alivio del duelo”. Generar un lazo directo. Porque hay emociones que son intraducibles. Pero, en el mundo de lo insoportable, cuando te topas con alguien que está viviendo lo mismo, no hace falta una palabra que explique. Solo una mirada. Un silencio compartido. Es entender que estamos pasando por lo mismo.Habrá que inventar ese tipo de fe. Una que nos permita seguir levantándose día a día.
A uno de los actores -el que canta- le pedí que con su canción invoque a todas las madres.Que se escuche el canto de las que aman.
Que se escuche lo más íntimo del espíritu.Ojos látigo es una tarde en común, con todas las pérdidas en común.
*Autora y directora de Ojos látigo, que se presenta los domingos a las 18 hs. en El Extranjero teatro (Valentín Gómez 3378, Abasto)
Fuente: telam
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