Sábado 14 de Junio de 2025

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14/06/2025

Cómo se construye un lector: Silvia Sirkis

Fuente: telam

Escritores, editores, mediadores de lectura y especialistas responden sobre un tema clave para la formación y la felicidad de los más chicos. En esta entrega, reflexiona una arquitecta y editora

>¿Quién dijo que para ser editora o escritora se debe venir del ámbito de las letras, exclusivamente? En el caso de Silvia Sirkis, “multifacética”, como ella misma se define. Se valió de su formación como arquitecta y diseñadora para convertirse en editora y divulgadora sobre patrimonio artístico y cultural en la infancia. En 2008, fundó la editorial Arte a Babor, que dirige hasta la actualidad y cuyo catálogo está compuesto por libros que acercan el arte, el diseño, el urbanismo y la arquitectura a los más chicos.

Los proyectos editoriales de Arte a Babor han sido seleccionados sostenidamente por programas de cultura y educación, así como, también, incluidos en planes de lectura nacionales y para conformar bibliotecas de Argentina, México, Uruguay, Chile y Colombia.

Su compromiso con los consumos culturales para las infancias la condujo a integrar la comisión directiva de la Asociación de Literatura Infantil y Juvenil, ALIJA, entre el año 2015 y el 2017. En 2019 creo la muestra interactiva Lola Mora, viaje a un tiempo de pioneras, que con gran éxito se presentó durante cuatro meses en la Usina del Arte.

—La expresión “identidad lectora” me hace pensar en un lector avezado, que sabe el tipo de lecturas que le gustan o interesan. Porque tanto en la infancia como en la adultez, tenemos mayor afinidad y más interés por ciertos textos. A algunos les gustan las aventuras de misterio, y a otros, los libros informativos. Siendo así, para construir una identidad lectora, hay que tener experiencia, estar en contacto con distintos libros y tener el tiempo de explorarlos. Entonces, la pregunta sería cómo lograr esa experiencia lectora. ¿Por qué en la infancia querríamos leer? ¿Por qué elegiríamos ese camino más trabajoso “de entretenimiento” frente a las pantallas brillantes y llenas de efectos? Para mí esa experiencia lectora se construye si en la familia, en la escuela, entre los amigos, en el barrio, el libro tiene valor, si se habla de libros, se visitan librerías o bibliotecas, se cuentan historias y, sobre todo, si hay momentos para el libro.

—¿Crees que un libro podría despertar el interés por leer?

—De un hogar sin madre ni padre ni familiares lectores, ¿puede surgir un ávido lector?

—Por supuesto que sí, nosotros no somos solo reflejo de nuestros padres. Además, esos padres pueden no ser lectores, pero disfrutar de la lectura con sus hijos y generar momentos hermosos en la búsqueda del libro que leerán juntos.

—Pensando en esto, ¿hay un momento para empezar a leer?

—Siempre se puede empezar a leer, pero es en la infancia donde uno se acerca y adquiere muchos de los consumos culturales que mantendrá en su vida.

—La educación formal es, o debiera ser, un igualador en términos de formación. En la escuela debe darse el encuentro con los libros, y cuanto más diversos, mejor. La escuela enseña a leer, en un sentido muy amplio, a comprender lo que leemos, a conocer autores, a encarar textos difíciles. Leer no es fácil. Lograr la concentración y el espacio temporal para hacerlo requiere disciplina. Y si bien los docentes intentan entusiasmar, la lectura escolar no se relaciona corrientemente con la lectura por placer.

Cuando pienso en mediadores de lectura pienso en aquellos que con su accionar logran un exitoso encuentro libro-lector. Una bibliotecaria o librera que sabe que te gusta y te recomienda libros; una tía que te lee el libro que eligió para vos. Los mediadores que son profesionales pueden acercar libros distintos y proponer recorridos lectores inhabituales, pero un mediador no profesional puede transmitir emoción.

—Mi casa y la de mis abuelos estaban llenas de libros y recibía muchos libros de regalo. Recuerdo con especial cariño Dailan Kifki, de María Elena Walsh, que me atrapó y leí de un tirón a los 7 años, y unos libros de tapa dura y formato grande en los que leí los cuentos de Andersen, los cuentos de las Mil y una noches, Corazón, de [Edmondo] De Amicis y Preguntas y respuestas sobre la naturaleza. Así de variado. El mundo en mis manos.

[Fotos: gentileza Silvia Sirkis]

Fuente: telam

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