12/06/2025
Anarquista, conservador y ¿libertario?: Borges, el escritor políticamente inclasificable

Fuente: telam
Su idea de un Estado mínimo y su famosa posición antiperonista lo pueden acercar a las ideas de La Libertad Avanza, pero ¿estaría de acuerdo con Javier Milei? ¿Cómo pensaba la política el gran autor argentino?
>Borges nació en el siglo XIX, justo antes de que se clausurara, y murió en 1986 atravesando todo casi todo el XX: las dos guerras mundiales, la guerra fría, la de Malvinas, revolución rusa, cubana, china, comunismos varios, radicalismo, libertarios originales —cuando Kurt Gustav Wilckens mató a Héctor Benigno Varela tenía 22 años—, peronismo, todas las dictaduras. Su posición política estuvo siempre canalizada a partir de sus concepciones literarias y filosóficas. Aunque se expresó en varias ocasiones —más en contra que a favor—, mantuvo una dura independencia. Esto lo volvió uno de los autores más difícil de encasillar, incluso hoy, con una Argentina tan diferente a la suya.
Alejandro Vaccaro publicó unos siete libros sobre Borges. Es escritor, coleccionista, presidente de la SADE y miembro de la Fundación El Libro. A la hora de definirlo políticamente evita el parafraseo: “Él se definía a sí mismo como un anarquista spenceriano”. Herbert Spencer fue un filósofo inglés del siglo XIX, famoso por adaptar la Teoría de la Evolución de Charles Darwin al estudio de las sociedades. Así como Borges lo leía con entusiasmo, también lo hizo Murray Rothbard, uno de los héroes del anarcocapitalismo. Por esto es que Ricardo H. Bloch llegó a afirmar que Borges es “el Vaccaro no opina igual: “Borges era anarquista desde el punto de vista de un Estado mínimo y spenceriano en cuanto a las ideas liberales. Pero ahora se mezcla con lo liberal en lo económico, que tiene otro significado. Borges era un hombre que, no podía ser de otra manera, amaba la libertad de expresión, la libertad de elegir: desde la pareja hasta cuestiones filosóficas. En cuanto a lo económico, creo que Borges no sabía, no podía opinar. Yo creo que en el fondo, lo de ‘soy anarquista spenceriano’ lo decía irónicamente. Yo me quedaría con que Borges era anarquista en cuanto a un estado mínimo y spenceriano en cuanto a que uno debe disfrutar de todas las libertades, siempre”.
Hay un texto de 2012 del filósofo argentino Luis Diego Fernández titulado El germen ácrata de Borges que aborda este tema: “Borges, que era escéptico en materia política y agnóstico en términos religiosos, también era un maestro de la sospecha con respecto al libre albedrío. De todos modos, si bien dudaba, lo cierto es que aquello no implicaba caer en el determinismo”, y agrega que ”este argumento es una constante en el universo ficcional borgeano”. Su perspicaz escepticismo lo resguardaba de abrazar cualquier verdad política. Incluso, arriesgo, podría poner bajo sospecha y con buena munición irónica el renovado mantra de que “todo lo regule el mercado”.“Según desde donde se lo lea, se puede considerar a Borges anarquista, socialista, facho, pero sobre todo conservador”, dice la escritora Silvia Hopenhayn, que por estos días estará dando un ciclo en el Malba titulado “Sin embargo, ‘yo tengo para mí’ -como le gustaba decir al maestro-, que la clave está en su apropiación del Quijote. El afán de libertad viene por ahí. Hallar la verdad en la historia, y la creencia en lo humano”, dice la escritora y agrega, más taxativa con esta contemporaneidad: “Fijate que en el principio de ‘La noche de los dones’ (sexto cuento de mi libro preferido), escribe: ‘aprender es recordar, ignorar es de hecho haber olvidado’. Imagino que en nuestro presente, los libertarios caerían en el rango de los ignorantes, y por eso se olvidan del hambre (hay cada vez más desnutrición infantil) y del arte, la respiración simbólica de los pueblos”.Manuel Quaranta, filósofo, curador, narrador, que tiene un libro, La fuga del tiempo, donde Para pensarlo desde lo cultural recurre a un clásico, ”El escritor argentino y la tradición”, una conferencia de 1951: “En ese texto Borges dice: miremos hacia afuera, porque el color local es una pavada, pero hagamos con ese afuera lo que queramos”. Y agrega: “El uso del lenguaje que hace Borges lúcido e irónico. Milei dice ‘Lali Depósito’. Borges dice de García Lorca: ‘un andaluz profesional’. Es una fina ironía letal”. Cuenta Roberto Alifano, poeta y colaborador de Borges durante muchos años, que un día de julio de 1974, precisamente el seis, cinco días después de que muriera Juan Domingo Perón, paseaban por la calle y de un auto alguien le gritó: “¡Ahora debés estar contento, viejo gorila!” La escena, que forma parte del libro Primer Cuaderno Borges. Diarios, 1974-1976, que acaba de publicarse, da cuenta de un aspecto central en lo que podríamos llamar su biografía política: Borges era antiperonista. Ha dejado muchas frases al respecto, algunas muy graciosas. Pero lo central de su posición está en que veía en Perón, como bien recoge Alifano en el libro, un “émulo de Mussolini“.El año pasado, en una entrevista en la Feria del Libro de Buenos Aires, en el stand de Ticmas, Daniel Mecca lo dijo con todas las letras: “Borges no le pertenece a nadie”. Para el poeta, director del BorgesPalooza y autor de libros como Borges, la gran bestia pop de la literatura argentina, es una gran virtud, porque “nos da la posibilidad de encararlo y recrearlo”. Ahora, en diálogo con Infobae Cultura, acelera en el debate: “Borges no tiene nada que ver con el ‘liberalismo’, por más que alguien se lo quiera apropiar. Borges decía que con el tiempo mereceremos no tener gobiernos, una suerte de leve anarquismo, ligado a su padre Jorge Guillermo”.Contra ese encasillamiento discute hoy Mecca: “Es como pretender asociar a Borges a una élite cuando no solo su literatura no reclama elitismo, sino que biográficamente Borges llegó a ser empleado público en una biblioteca municipal (la Miguel Cané) y trabajar en uno de los diarios más populares del país, el diario Crítica. En otras palabras, Borges fue un trabajador -mal que le pase a algunos que lo quieren volver etéreo y arbitrariamente iluminado- y precisamente esa circunstancia fue un motor en su literatura
Fuente: telam
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