>La cancha Suzanne Lenglen fue testigo este jueves de un hito en la carrera de Horacio Zeballos y Marcel Granollers. El binomio argentino-español, esa sociedad forjada en base a talento, picardía y una conexión casi telepática, finalmente rompió el maleficio de las semifinales en Roland Garros. Después de tres intentos fallidos en las ediciones anteriores, Cebolla y el Gato se plantaron, vencieron a la dura dupla de Hugo Nys y Edouard Roger-Vasselin por 6-7(5), 6-3 y 6-4, y se ganaron con creces el derecho a disputar la gran final de dobles en el Abierto de Francia.

“Veníamos trabajando muchísimo para tratar de pasar esta etapa que no se nos había dado en las últimas ocasiones”, analizó en el inicio Horacio, haciendo hincapié en la persistencia y el esfuerzo invertido. “Obviamente (estoy) contento porque llegar siempre a una semifinal de un torneo tan importante es algo lindo, pero queríamos ganarla y hoy dejamos todo, desde el primer punto hasta el último para que eso sucediera”, sentenció.

Aquí, el bonaerense reveló la verdadera llave de su victoria: “Yo creo que la clave pasó más que nada por el trabajo mental que hicimos desde el primer punto hasta el último, porque perdimos el primer set y creo que si nos miraban las caras no sabía si habíamos perdido o no. Salimos como si fuera el punto de partida y eso fue muy importante”, aseguró.

Ahora, con la semi superada y el boleto a la final asegurado, la mirada se posa en el gran desafío del sábado. Será la oportunidad de ir por el título de Grand Slam que tanto anhelan junto a su compañero Granollers. Zeballos, con una sonrisa pícara, bromeó sobre la experiencia en finales: “Bueno, tendría que pedirle consejo a la consejera Rafa (por Nadal), porque hemos jugado varias, pero las hemos perdido”.