05/06/2025
Autos ahogados, calles como ríos y catorce muertos en Buenos Aires: postales y recuerdos a 40 años de la “tormenta del siglo”

Fuente: telam
Entre el 30 y el 31 de mayo de 1985, la Ciudad de Buenos Aires padeció la peor inundación de su historia. Las causas y consecuencias, analizadas por Mercedes Di Virgilio, Doctora en Ciencias Sociales e investigadora del Conicet
>Las imágenes eran apocalípticas y las estadísticas alarmantes: 14 muertos, 90 mil evacuados y el 25% de la Ciudad de Buenos Aires bajo el agua. Las tapas de los principales diarios la denominaron “la tormenta del siglo”. Y no era para menos.
La ciudad de Buenos Aires fue azotada por un temporal de lluvia que comenzó la tarde del 30 de mayo de 1985 y finalizó recién durante la noche del 31 de mayo. La fuerza de la naturaleza descargó más de 300 milímetros de agua, marca que aún sigue siendo el mayor registro pluviométrico para un solo día en la Ciudad de Buenos Aires, según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
Entre los damnificados había una mujer embarazada, cuyo marido la había ido a buscar en auto hasta el barrio de Flores con la intención de regresar a su casa, en la localidad bonaerense de Caseros.
“Con las limitaciones físicas que representa un embarazo, caminaron decenas de cuadras bajo el diluvio hasta la casa de un familiar, en el barrio de Floresta, donde pasaron la noche y tuvieron que soportar un corte generalizado de electricidad”, detalló Garavaglia, quien actualmente se desempeña como meteorólogo del SMN y jefe de redacción en el sitio MeteoredAR.
Al día siguiente, el matrimonio regresó a buscar el auto y lo encontró en el mismo lugar donde lo había dejado, completamente mojado por dentro. Y mientras ellos intentaban retomar su rutina y gran parte de la ciudad intentaba volver a funcionar lentamente, millones de personas seguían aisladas, sin luz ni líneas de teléfono.Para entender las causas y consecuencias de este gran temporal, Infobae entrevistó a Mercedes Di Virgilio, Doctora en Ciencias Sociales (UBA) e Investigadora Principal del CONICET, quien junto a su colega Hilda María Herzer publicó el trabajo “Buenos Aires: pobreza e inundación”.
Virgilio explicó que hasta mediados de la década de 1990, año en el que se construyeron las defensas costeras en el barrio de La Boca, la ciudad se inundaba por dos grandes causales: la primera se asocia con el estado de la red de desagües, que no lograba acompañar ni la expansión urbana ni el aumento de las densidades; y la segunda se vincula con la presencia de fuertes vientos del sector sudeste (sudestadas), que producen un crecimiento del río de la Plata muy por encima de su media normal y que provoca que sus aguas se introduzcan en el territorio anegando las zonas costeras, entre ellas, con mayor gravedad los barrios de La Boca y Barracas en los que hasta el día de hoy se asienta población de bajos ingresos.“A veces, se generan ambos procesos de manera simultánea y, en ese contexto, la inundación reviste mayor gravedad. Uno de los ejemplos más dramáticos de las últimas décadas tuvo lugar en mayo de 1985”, ejemplificó.“La tormenta fue devastadora para todos los barrios ribereños, al sur y al norte de la ciudad. Hay crónicas que señalan que la zona de Las Cañitas los vecinos tuvieron que romper parte del paredón del Campo de Polo para lograr que el agua drene. Las fotos de la época muestran que el agua en la zona de Santa Fe y Humboldt tapaba los autos y llegaba casi a la trompa de los colectivos. Otro tanto ocurrió en Belgrano. Pero también en el sur del conurbano, en Avellaneda, Quilmes, Espeleta”, recordó Di Virgilio.
“Las políticas de ajuste trajeron más pobreza a la ciudad. Si se observa cuáles fueron las localidades más castigadas por las inundaciones en Buenos Aires a finales del siglo XX podemos ver que se trataba de poblaciones que se asentaron en las zonas calificadas como de ‘máxima inundación registrada’”, precisó Di Virgilio. Dichas zonas coincidieron con las llamadas áreas de desagües ineficientes o áreas con una importante concentración de hogares pobres.
Luego de la gran inundación de 1985, la comunidad empezó a organizarse y surgieron agrupaciones de vecinos que nuclearon a los afectados por los desbordes de los arroyos Medrano, Vega y Cildáñez, principalmente de los barrios de Belgrano, Núñez y Saavedra. El “inundado” se constituyó en un actor social importante, que con la ayuda de otros pobladores, ONGs, organismos de gobierno y sectores productivos pusieron en marcha acciones para prevenir y mitigar esos desastres.A raíz de esos reclamos públicos y la presión mediática, también se hicieron obras importantes. “La construcción de defensas costeras en La Boca, a mediados de la década de 1990, que ayudaron a mitigar los riegos por sudestada; la construcción de conductos de drenaje y la ampliación de la red pluvial existentes; así como la construcción de ramales en diferentes áreas, sirvieron para mejorar el desagüe de las subcuencas de arroyos”, detalló la investigadora.
Fuente: telam
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