02/06/2025
Qué observar para saber si se está frente a un autócrata

Fuente: telam
Un informe de V-Dem advierte sobre el retroceso de las libertades y el avance de regímenes autoritarios en el mundo
>El Partido Comunista Chino (PCC) se ve a sí como un órgano democrático. Juzga a la organización política nacional como una democracia por el sólo hecho de que existe algún tipo de discusión política en las tradicionales casas de té. Esa generosa autopercepción intelectual escandalizaría a aquellos que juzgan solo en el wokismo occidental tal tipo de desvío o exageración ocular.
Era plena salida de la pandemia del Covid -en la mayoría de los países- cuando una ola de pensadores intentaba imponer la idea de que durante esa tragedia humanitaria las decisiones tomadas por gobiernos “fuertes” fueron más efectivas que aquellas que se demoraban en los resortes de la democracia.
En ese contexto del coronavirus -pandemia originada y censurada en China, donde murieron millones de personas-, Moscú y Beijing buscaron también generar impacto internacional al presentar vacunas contra la cepa maldita. Ganaron aplausos de aduladores circunstanciales que los ayudaron en su construcción cultural. Pese a esa campaña pro-autocracias, las pócimas más efectivas y confiables no fueron aquellas sino las que se definieron en democracias occidentales.
Pero volviendo a China y Rusia, que el PCC quiera atribuirse características democráticas es tan inverosímil y candoroso como que lo haga el propio Putin. En Rusia, a diferencia de China, no existe un partido único aunque la realidad dice lo contrario. Los opositores ingieren brebajes que los sacan de carrera, deciden bajar escaleras de manera poco convencional o utilizan ventanas en pisos superiores como si fueran puertas en planta baja.
De esta manera, Putin -y su estructura política y económica- logró mantenerse en el poder durante casi tres décadas. Pese a esos -¿cómo llamarlos?- “matices”, el hombre se siente un demócrata completo.Orban llegó al poder por primera vez en 1998 bajo estándares liberales y democráticos y luchando contra las secuelas de los regímenes comunistas que gobernaron al este de Europa durante décadas. Sin embargo, después de una primera administración como primer ministro, perder elecciones y pasar a la oposición debió cambiar su discurso y sus políticas hasta volcarse a un conservadurismo muy similar al que administró la nación bajo la tutela soviética. Las frustraciones populares de dos gobiernos socialistas ruinosos para la sociedad le abrieron nuevamente las puertas al poder en 2010.
Nota: irónicamente, fue la fundación de George Soros -paradigma del wokismo para muchos- quien financió los primeros años de su movimiento allá por los años 80. Mejor olvidar algunos detalles o agradecimientos.En América Latina las autocracias/dictaduras son menos sofisticadas y configuradas por Cuba. Las persecuciones a los opositores son a cielo abierto y las torturas, desapariciones, exilios, encarcelaciones, secuestros y proscripciones son diarias.
En Venezuela, en la última semana, el dictador Nicolás Maduro detuvo a más de 70 miembros del partido político opositor Vente Venezuela. Ortega, en Nicaragua, expulsó del territorio a centenares de opositores. Nadie en el país centroamericano puede aspirar a presentarse a elecciones libres. Las ONG desaparecieron. La Iglesia Católica es perseguida y acosada hasta económicamente. La debilidad institucional y la frágil devoción democrática son caldos propicios para que en la región florezcan más “hombres fuertes”. De derecha o izquierda. En el informe anual Democracy Report 2025: 25 Years of Autocratizaction, elaborado por el think tank Varieties of Democracy, V-Dem, de la Universidad de Gotenburgo, Suecia, se alerta sobre la fragilidad que padece la democracia en el mundo: en 2004 el 49 por ciento de la población vivía bajo regímenes autocráticos; en 2024 ese número alcanzó el 72 por ciento. Por el contrario, mientras que en 2004 el 51 por ciento vivía en democracias, ese guarismo descendió hasta colocarse en el 28 por ciento.En otro capítulo del paper de V-Dem se hace referencia al deterioro de la libertad de expresión como uno de los factores que atentan contra la democracia. Esos ataques se ven frecuentes no sólo desde lo más alto de las magistraturas sino también de corporaciones que pretenden desaparecer el debate público y a los medios.
“En 2024, la pérdida de libertad de expresión es realmente alarmante. Se está deteriorando en 44 países, una cuarta parte de todos los países del mundo. No sólo se trata de un nuevo récord, sino también de un aumento sustancial con respecto a los 35 países del Informe sobre la Democracia del año pasado”, concluye V-Dem.
Fuente: telam
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