01/06/2025
Tito Puente, el “Rey del Timbal”: las influencias musicales en Brooklyn y por qué la salsa era para él solo un alimento

Fuente: telam
Durante más de medio siglo, fue una figura clave en la difusión de los ritmos caribeños en Estados Unidos. Con 107 discos grabados y una carrera marcada por la fusión del jazz, el mambo y el son, el percusionista neoyorquino de origen puertorriqueño dejó una huella imborrable en la música latina. A 25 años de su muerte, su legado sigue vigente en orquestas, festivales y pistas de baile de todo el mundo
>Sus más de 50 años de trayectoria y sus 107 discos grabados, no bastan para describir la carrera de Tito Puente. Idolatrado por los latinos del mundo entero, el percusionista logró posicionar los ritmos que, hasta su llegada, eran desconocidos para los anglosajones. Un poco de son montuno, otro tanto de chachachá, una pizca de mambo y, por qué no, un toque de bolero o guaguancó. La mezcla de todo eso fue lo que los estadounidenses decidieron englobar en un nombre que no significa nada y representa a todos estos ritmos a la vez: “salsa”.
Hijo de Ercina y Ernest Puente, dos inmigrantes boricuas, Ernesto Antonio -tal su nombre real-, había nacido el 20 de abril de 1923 en el Harlem Hospital Center de Nueva York. “Crecí en un barrio más bien pobre. Mis padres son puertorriqueños y fueron de los primeros de la familia en llegar a esa ciudad. Después, en la zona de Brooklyn fue creciendo la población latina, también había muchos cubanos. Y vivía mucho negro norteamericano, gente de jazz. Así que me acostumbré a escuchar esa música y la latina clásica que sonaba en mi casa. Pero ser latino era difícil en esa época. Había mucho racismo”, contó Puente.
“Yo quería ser un bailarín como Fred Astaire, pero tuve un accidente con una bicicleta, me partí un tobillo y tuve que dejarlo. Así que me dediqué a estudiar música. Pero creo que no hay mucha diferencia entre el baile y la percusión. Porque para bailar uno tiene que tener mucho control. Es percusión con los pasos, igual que en la batería, y se necesita coordinación. Así que ambas cosas se parecen mucho”, reconoció en una oportunidad.
Después de estudiar composición y orquestación en la Juilliard School of Music, decidió formar su propia banda de jazz latino a la que llamó The Piccadilly Boys, con la que trabajó entre 1947 y 1949. Pero, en simultáneo, siguió haciendo colaboraciones con otros grandes artistas, que veían en Puente un gran potencial. Finalmente, en la década del ‘50 llegó su consagración. Y, desde que en 1958 lanzó el álbum Dance Manía, logró posicionar internacionalmente a los ritmos caribeños, para luego sumarles el pop, el bossa nova y el jazz afrocubano.
La etiqueta de “salsa” con la que los “yankies” habían rebautizado a la música que él hacía no le gustaba para nada. “No es un término musical, es una comida, un condimento. Y no permite diferenciar a cada uno de los ritmos”, decía. Sin embargo, con alguna reticencia, en los ‘60 se sumó a esta corriente por una cuestión netamente comercial. Y siguió tocando con su orquesta, logrando que la gente baile hasta en Japón, donde se formó una banda de salseros inspirados en él. Aunque, una década más tarde, volvió a grabar discos de jazz latino para despuntar el vicio.El reconocimiento definitivo le llegó con creces en los años ‘90. Además de los Premios Grammy y de una muy bien ganada estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, tuvo una participación especial en la película Los Reyes del Mambo, protagonizada por Antonio Banderas y Armand Assante, como así también en otras producciones cinematográficas. Y su popularidad lo llevó a intervenir en ciclos televisivos como el infantil Plaza Sésamo, donde cantó sus temas, y en Los Simpson donde apareció en un capítulo.
Casado con Margarita, tuvo tres hijos: Richard, quien falleció en 2004, Audrey, quien se desempeña como meteoróloga de televisión en Nueva York, y Tito Jr., quien tomó su legado para continuar difundiendo la música latina en el mundo. “Mi padre era vibrante y desbordaba de entusiasmo. Había magia en la música que tocaba. Hacía feliz a la gente alrededor del mundo, sin distinciones de raza, credo o ideología”, señaló este último en un homenaje al timbalero.
Fuente: telam
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