31/05/2025
Cómo se construye un lector: Paula Turina
Fuente: telam
Escritores, editores, mediadores de lectura y especialistas responden sobre un tema clave para la formación y la felicidad de los más chicos, y no tanto. En esta entrega, reflexiona una comunicadora
>En época de redes sociales, algoritmos e IA, cada vez más la lectura, en soledad o de manera colectiva, impone nuevas preguntas. Revisitar las ideas en torno a ella.
Seguramente no sea casualidad que envíe un newsletter sobre libros llamado Lectora Voraz, que ganó el premio Juana Manso por difundir la escritura de mujeres y disidencias. Coordina talleres de lectura, entre el que se encuentra Disruptivas, de narradoras latinoamericanas contemporáneas; hace entrevistas en la revista Desmadres, y realiza la prensa de la editorial chilena La Pollera. Todo sigue una misma línea: compartir y convidar lecturas.
—¿Cómo se construye la identidad lectora?
Ya ahí hay una primera separación de ciertas elecciones ajenas para hacer las propias. Y, como te decía al principio, con la libertad de poder elegir más allá de lo que muchas veces el mercado diga. La identidad lectora tiene que ver, también, con dejar, o intentar dejar, los prejuicios de lado e ir probando leer distintos géneros en distintos formatos. Y una vez que se va probando, se va encontrando qué cosas gustan más. Creo que la identidad lectora forma parte de esa pregunta de qué nos gusta leer.
—¿Un libro puede despertar el interés por leer?En ese sentido creo que un libro puede transformar eso. Pienso que es fundamental, también, la bibliodiversidad de libros editados y publicados para que esa persona llegue a un libro que le haga sentir que le gusta la lectura. Muchas veces la pregunta acerca de “cuál es el libro que recordás” está vinculada con pensar que esos libros que te impactaron, que recordás por siempre, son los que te transformaron, en algún punto, en lector o lectora.
—En relación con esto, ¿creés que en un hogar sin padre o madre lectores puede gestarse un ávido lector?—¿Hay un momento para empezar a leer?
—No creo que haya un momento para empezar a leer. Creo que el momento en que uno, una, se encuentra con libros y le gustan y los disfruta, va a estar bien. El momento para comenzar a leer tiene que ver un poco, como decía, con cómo uno va creando un camino como lector y lectora y con el deseo. Yo creo que la imposición no está ligada con la lectura, ni siquiera cuando somos chicos y chicas. Eso, por supuesto, es muy contraproducente. Pienso en las inquietudes, como cuando yo veía de chica a mi mamá leyendo y pensaba “¿qué sucede ahí?”, al verla tan concentrada. Ahí se va generando un vínculo con la lectura, que no tiene que ver con una imposición, sino con una inquietud.—¿Creés que la mediación está ligada con la educación?A mí me gusta mucho la frase de Liliana Bodoc que habla sobre eso que hacíamos los seres humanos desde la antigüedad, que era juntarse alrededor del fuego para contarse historias. Creo que eso sigue siempre siendo lo que vehiculiza y lo que nos hace seguir trabajando con libros. Que esas historias alrededor del fuego siguen siendo nuestro motor de búsqueda.
—Al haber nacido y sido criada en una casa con padre y madre lectores, mi primer encuentro tiene que ver con los libros que primero me leyeron y que después me pudieron comprar. Sin dudas tengo que hablar de Dailan Kifki, de María Elena Walsh, uno de los primeros que pude empezar a leer sola, cuando aprendí a leer de a poco.
Para cerrar, quisiera agregar algo, que tiene que ver con lo que se genera en los clubes o talleres de lectura, en el encuentro con otras personas. Hay una proliferación de esos espacios, que me parece que tiene que ver con nuestra época, con volver al encuentro con los otros. Leer un texto y compartir las sensaciones, las interpretaciones y cómo se va creando no una interpretación única, sino una múltiple interpretación. Eso me parece que es muy interesante. Eso también generan los libros y la lectura, cierto sentido de pertenencia, porque somos personas muy distintas entre nosotras pero hay una base en común que tiene que ver con el disfrute de la lectura. Toda la potencia que tiene también el encuentro con las otras personas a las que les gusta tanto leer como a nosotras.
Fuente: telam
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