30/05/2025
El lado oculto del Everest: el cambio climático dejó al descubierto los cadáveres de alpinistas atrapados durante décadas

Fuente: telam
Lo que antes estaba congelado bajo metros de nieve comienza a salir a la superficie, mostrando la crudeza de la historia del alpinismo
>Bajo la majestuosa cumbre del El Everest, conocido como Sagarmatha entre los nepalíes, refleja la crisis climática global. A altitudes cercanas a los 9.000 metros, donde la vida apenas puede sostenerse, el calentamiento de la Tierra ha propiciado la aparición de cadáveres que durante años permanecieron atrapados bajo el hielo. Las imágenes son impactantes: manos ennegrecidas, mochilas congeladas, trajes que aún parecen nuevos, y ojos que quizás soñaron eternamente con la cima.
A menudo, guías y escaladores encuentran estos restos por azar, tropezando con una bota asomando entre las rocas o con huesos que apuntan al cielo. Estos cuerpos, detenidos en el instante de su muerte, son historias de gestas y fracasos. Silenciosos, el hielo los mantuvo como esperando ser vistos una última vez.Frente a esta situación, el Ejército de Nepal ha comenzado a realizar operaciones cuidadosas para recuperar los restos. Sin embargo, no todo es posible de rescatar; algunos cuerpos están demasiado entrelazados con el paisaje, perdidos en el tiempo o frágiles para mover. La creciente presión internacional y la consciencia del cambio obligan a actuar.El deshielo también revela la otra cara del descuido humano: basura. Bolsas de oxígeno, cuerdas partidas, tiendas semienterradas y restos plásticos se acumulan, todos testimonios de décadas de expediciones. Un guía local lo resumió al describir al Everest como una casa que quedó, tras una fiesta de setenta años, con invitados que nunca volvieron.En las inhóspitas alturas del Everest, donde la nieve se disipa y el aire es apenas respirable, no existen señales ni brújulas. Lo que hay son cuerpos que se convirtieron en insignias de ruta. Uno de los más conocidos es el de un escalador al que llaman “Botas Verdes”, por sus inconfundibles botas, visibles como dos faros en el hielo, desde que en 1996 su cuerpo quedó recostado en una pequeña cueva de piedra junto a la ruta noreste. Durante años, su figura sirvió de referencia: cruzar por su lado indica estar a mitad de camino.
A lo largo del trayecto hay otros cuerpos igualmente emblemáticos. El que saluda desde una pendiente, o “El Saludador”, y quien yace boca arriba con los brazos abiertos, conocido como “La Bella Durmiente”. Otro, apodado “El Hombre del Pasamanos”, permanece como una advertencia silenciosa. En este entorno, los alpinistas miden su progreso mediante la presencia de aquellos que no lo lograron.Desde las primeras expediciones modernas, el Everest ha sido escenario de al menos 280 a 300 muertes, de acuerdo con datos de BBC y otros medios internacionales. Solo en 2023, se registraron entre 17 y 18 fallecimientos; en 2024, murieron nueve personas; y hasta mayo de 2025, ya se habían confirmado al menos cuatro muertes. Las causas más frecuentes incluyen avalanchas, caídas, mal de altura agudo, hipotermia y agotamiento extremo. En la “zona de la muerte”, situada por encima de los 8.000 metros, la carencia de oxígeno deteriora el cuerpo humano minuto a minuto.
La masificación también ha agravado la situación. En 2023, Nepal emitió 479 permisos, cifra récord que coincidió con un alto número de fallecimientos. Hay indicios de que se sub notifican muertes, en particular entre sherpas y trabajadores locales, por motivos políticos y económicos.El proceso puede requerir hasta doce sherpas especializados, grandes cantidades de oxígeno y, en algunos casos, helicópteros. Para muchas familias, cubrir estos costos es inviable. A ello se suma el deseo expresado por algunos montañistas de que sus restos permanezcan en la montaña, vista como lugar sagrado o el escenario de su último desafío.
El ejército nepalí ha tomado un rol cada vez más activo en la limpieza y recuperación de cuerpos. El comandante Aditya Karki ha encabezado misiones que han logrado rescatar cinco cuerpos y retirar 11 toneladas de residuos. Estas operaciones implican una logística compleja, incluyendo la localización, liberación del hielo y transporte hasta el Campo II (6.400 metros).Ante la presión internacional, Nepal implementará un conjunto de medidas orientadas a mejorar la seguridad y reducir el impacto ambiental:
- Estas disposiciones, según BBC Mundo, reflejan la necesidad de adaptar la gestión del Everest a una realidad donde las muertes son inevitables y los costos, tanto humanos como económicos, deben ser asumidos de forma compartida.
Fuente: telam
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