30/05/2025
El día que entendí por qué no fui campeón mundial y el factor clave que todos podemos aprender

Fuente: telam
Los errores de Jansher Khan, el mejor jugador de squash de la historia, me parecieron inaceptable y, hasta diría, bochornosos. Y él, sin embargo, seguía jugando lo más tranquilo
>¿Alguna vez soñaste con ser el campeón mundial?
Hace muchos años fui campeón nacional de squash y soñaba con ser el mejor jugador del mundo. Entrenaba con disciplina, dedicación y una determinación feroz. Sin embargo, por múltiples razones no lo logré. Mientras era deportista estudiaba mi carrera universitaria, lo cual limitó bastante las horas que podía entrenarme. Así y todo, siempre sentí que no llegué a la cumbre mundial por otras razones.
Decidí analizar cada movimiento, cada expresión, cada acierto y cada error de Jansher Khan. Después de un rato de ver el partido, y frustrado por no poder identificar qué me separaba a mí del campeón mundial, apagué la televisión y me fui a bañar. Cuando salí, mientras me vestía, volví a prender la tele y el partido continuaba. Al principio me fastidié un poco pero decidí continuar viendo. Hasta que se produjo la epifanía.
El campeón mundial no hizo nada de eso. Cometía algunos errores graves, quizás inaceptables, pero daba vuelta la página con rapidez, y seguía adelante. Y ahí lo comprendí: la clave no estaba tanto en la técnica o en la preparación física sino en la relación que él tenía consigo mismo.
¿Era posible que un atributo central para ser campeón mundial fuera la capacidad de perdonarse a uno mismo? ¿Poder ver los errores con compasión, misericordia y hasta ternura, para soltarlos rápidamente?Todo deportista de alto rendimiento y también cualquier persona que haya llegado lejos, sabe perfectamente que el mayor obstáculo, el mayor desafío, no suelen ser los rivales sino uno mismo.
Yo me había pasado mi carrera peleando conmigo mismo. Mucho más que con mis rivales. Yo era el más implacable, no mis adversarios. Y ahora venía a darme cuenta de que varios de esos errores que para mí me resultaban imperdonables, al campeón mundial -que obviamente jugaba mucho mejor que yo-, no le parecían tan graves. O en el caso que sí, los soltaba rápidamente.Esa tarde comprendí que debía dejar atrás la falsa de idea de que uno no debe cometer errores. El tema es cómo metabolizarlos con rapidez, cómo poder aceptarlos y seguir adelante, sin quedarnos aferrados al pasado mientras el presente se nos escurre entre los dedos de las manos.
En el Antiguo Testamento, Dios decide destruir a Sodoma por su maldad. Sin embargo, le permite a Lot y su mujer escapar, con la única condición de no mirar atrás. Edith, la esposa de Lot, no resiste la tentación y al darse vuelta y mirar, se convierte en una estatua de sal.¿Y vos? ¿Vivís mirando el pasado o podés concentrarte en vivir el presente, aun sabiendo que nunca será perfecto?
* Juan Tonelli es speaker y escritor. El texto es parte del libro “Un elefante en el living, historias sobre lo que sentimos y no nos animamos a hablar”.Fuente: telam
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