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17/05/2025

Canciones contra el olvido

Fuente: telam

Infobae Cultura comparte el prólogo del libro “Toda la piel de América” de Oche Califa, una exploración por la música popular en Argentina y América Latina, de Mercedes Sosa y Violeta Parra a Todos Tus Muertos

>Es sabido el lugar de privilegio que el tópico del amor romántico ocupa en el historial de la canción popular del siglo XX. Sin embargo, casi a la par de romanzas de corazones rotos y confesiones sentimentales, la canción de temática social y política fue haciéndose camino, a menudo entrelazada con su compañera amorosa. Cuando en abril de 1973 Chico Buarque visitó por primera vez la Argentina, el periodista Jorge Andrés, de La Opinión, le preguntó si sus canciones podían ser consideradas políticas o sociales. La respuesta del cantautor y narrador brasileño fue contundente: “Yo espero que todas mis canciones, aun las de amor, sean siempre un reflejo de la realidad brasileña”.

El recorrido histórico comienza en las primeras décadas del siglo XX, cuando las nuevas tecnologías de registro y comunicación orales permitieron que las canciones urbanas que anteriormente solo podían ser apreciadas en la práctica directa –el hic et nunc de la representación sonora– pasaron a la condición de reproducibles. Fonógrafo, gramófono, radio y cine sonoro significaron un cambio radical en la recepción de la música, y desde luego también en la diversidad y volumen de la producción. De Carlos Gardel a Atahualpa Yupanqui, el advenimiento de la categoría de autor y compositor de música popular, a menudo articulada a la de intérprete, supuso el nacimiento de una nueva forma de enunciación musical y literaria. Duplas autorales en el tango y el folclore y conjunciones gestálticas en el rock y las poéticas “nuevas” de los sesenta y setenta fueron marcando una senda de infinitas derivaciones.

A diferencia de quienes no se atreven a saltar las empalizadas de los géneros de la canción popular, el autor de Toda la piel de América se desliza desde el folclore y la canción testimonial hacia el rock argentino (aquí tienen su lugar Litto Nebbia, León Gieco, Los Fabulosos Cadillacs, Attaque 77 y Todos Tus Muertos, en la medida que interpelaron la identidad latinoamericana), la Nueva Trova cubana y la llamada “Nueva Canción” de los sesenta y setenta, para cuya organicidad tanto tuvieron que ver los festivales y las giras continentales. Las feroces dictaduras instauradas en la región al promediar los años setenta discontinuaron la composición y obviamente volvieron peligrosa la interpretación, pero de ninguna manera llegaron a cortar los lazos entre canción popular, identidad y memoria. Las escenas cancionísticas posteriores a 1983, rigurosamente censadas por Califa, forjaron otras formas y lenguajes sin abandonar la preocupación por Latinoamérica como “Patria Grande” –más bien, la ampliaron– y sumando nuevas perspectivas, como las políticas de género y el rescate de los pueblos originarios, entre otras cuestiones que se vienen planteando en las primeras décadas del siglo XXI. Con experticia de historiador de la cultura popular, Califa rastrea estas cuestiones recientes en un pasado en riesgo de caer en el olvido total. En este sentido, el rescate que el autor hace de Romance de aquella porteña, de Hilda Herrera y Margarita Durán, resulta ejemplar. No es el único, claro.

Fuente: telam

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