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16/05/2025

Los secretos de la dirección deportiva, por un especialista ex River y Newell’s: la clave del Millonario para ser “top 1″

Fuente: telam

Ariel Michaloutsos fue mano derecha de Enzo Francescoli y estuvo a cargo del fútbol de la Lepra hasta el año pasado. Los detalles del manejo de un club desde el otro lado del mostrador y cómo “profesionalizó” su pasión

>Ariel Michaloutsos gestionó talentos en River Plate como jefe del Área Técnica de Investigación Deportiva junto a Leonardo Ponzio y Enzo Francescoli. También formó parte de Newell’s como director de captación de Inferiores, secretario técnico y director deportivo, con un paréntesis por sus funciones en el Millonario. Se considera un “enamorado del fútbol” que transformó su pasión y conocimientos sobre el deporte en una profesión. A punto de lanzar su libro “Dirección Deportiva”, brindó una entrevista exclusiva con Infobae, en la que precisó al detalle el estudio de más de 6.000 futbolistas sudamericanos, con informes que mantiene actualizados trimestralmente, y lo ayudan a mantenerse empapado de todo el fútbol del continente.

—No todos los clubes tienen director deportivo, pero estoy seguro de que, los que quieren crecer, lo necesitan. El secretario técnico es quien investiga, el que propone y argumenta por qué hay que contratar a determinado jugador. El director deportivo es el que toma la decisión final y quien tiene que ver con la planificación futbolística a largo plazo. Un manager es el que está más en el día a día con el plantel. Probablemente sea parte de un nexo con los dirigentes, con algunas cuestiones que tengan que ver con el plantel.

—No, no sé si hay un período. Hay que ver en la situación en la que agarrás un club cuando laburás a largo plazo. Primero hay que determinar la política del club. Hay que ver qué lugar les das a las divisiones menores. Hay un pensamiento erróneo del “tienen que jugar los pibes” o “nosotros les damos lugar a los chicos de inferiores”, pero no todos los chicos de inferiores tienen que jugar. Eso está demostrado. Los chicos necesitan una adaptación, no me cabe ningún tipo de dudas. Como por ejemplo en Newell’s la tuvieron Sforza, Silvetti o Tomás Pérez.

—Sí, tenés un Mastantuono, que también tuvo un proceso interesante entre lo que es las divisiones menores, Reserva y la Primera, porque no es que en los primeros dos meses entró y ya era él, sino que hubo un proceso, un par de meses en los que el chico apareció de a poco. Fijate que quizá lo contrario fue lo de Echeverri, que emergió en una primera instancia y después mermó hasta que arrancó. River también tuvo a Saviola, que entró, le hizo un gol a Gimnasia de Jujuy y no salió nunca más. Pero, por lo general, todos deben ir acompañados de un proceso. Cuando llegué a Newell’s, tenía a cuatro chicos que estaban asentados en Primera y se vendieron. Lo que noté era que la relación entre la Primera, la Reserva y las inferiores estaba rota. Se manejaban como islas separadas. Al estar así, hay chicos que no están con la Primera y tienen una edad avanzada, por eso es bueno que salgan a préstamo para tener rodaje. Pasó con Marcelo Esponda, que de Newell’s fue a préstamo a Aldosivi de Mar del Plata y ascendió a Primera. Hacía un año y medio que no competía y encontró su lugar. El flujo de jugadores a Primera es lo más importante en las divisiones menores. Y también tener un departamento de salidas para que no se pierdan. Si vos te quedás con todos esos jugadores amontonados en Reserva, el de abajo no crece. Entonces, para que el de abajo, que tiene condiciones, realmente crezca, tienen que salir otros.

¿Qué poder de influencia tiene que tener el director deportivo en un equipo?

¿Cuándo ves que los pibes de inferiores “se queman” en Primera?

—Noto que muchos clubes en Sudamérica tienen jugadores que aparecen y después merman su nivel. Eso es porque no hay una preparación con anterioridad del jugador. Enzo Cabrera debutó en Newell’s sin tener partidos en Reserva, pero los buenos procesos se dan con chicos que tengan al menos 20 partidos en Reserva antes de jugar en Primera. Si tenés esa desesperación de que jueguen los chicos, vas a hacer que suban y después van a bajar. Hay clubes que tienen que saber esperar a los chicos de inferiores, algunos están capacitados y otros tienen urgencias.

—Creo que son casos aislados.

¿Y por qué?

¿Esa homogeneidad política de River es necesaria para el éxito deportivo?

—Saber el camino al que hay que apuntar es clave. Boca quizás tiene un modelo más presidencialista con tres o cuatro personas de confianza y puede ser criticado, pero el día de mañana, si gana algo importante, todo cambia y va a ser visto de otra manera. Porque ojo, el fútbol tiene su parte lúdica también. A mediano plazo se proyecta para saber dónde vas y saber que, de un día para el otro, no se logra nada absoluto. Todo lo que viene rápido también desaparece rápido. Creo en los procesos, en la investigación y el conocimiento.

—Yo tengo varios ítems que creo importantes para desarrollar una dirección deportiva que de verdad piense a mediano y largo plazo. Pero para que los réditos también se vean a corto plazo, porque no podés traer de arranque diez jugadores baratos e irte a la B. Los clubes, por lo general, piensan en el corto plazo, pero mi proyecto contempla todos los períodos. Uno de los puntos más importantes es un programa de investigación deportiva que perdure en el tiempo. Que incluso trascienda los límites del club, las gestiones, y marque una forma de trabajar. Por más que tomes decisiones pensando en el hoy, nada te asegura el resultado. Hay que cuidar el corto plazo, pero diseñar a mediano y largo plazo. Un club tiene que tener estructuras formales de trabajo, algo que les cuesta a los dirigentes, les molesta, porque les quita poder. Un club debe tener scouts, colaboradores e investigadores. Yo tengo gente fuera del país que me reporta permanentemente sobre el mercado. Tengo informes que actualizo cada tres meses, una cartera con más de 6.000 futbolistas. Antes de contratar, hay que determinar un perfil físico, técnico, táctico y psicológico del jugador. Cuáles son las condiciones económicas, la valoración a futuro, la adaptación. El entorno, su familia, sus hábitos y costumbres. Si tuvo empatía en los clubes por los que pasó.

Y una vez dentro del club, ¿cómo te manejás?

Hay muchos dentro del fútbol que cuestionan el concepto del Big Data y los números. ¿Qué opinión tenés sobre eso?

¿Qué opinás de la frase de Martín Anselmi en una conferencia hablando de porcentajes de “expectativa de gol”?

¿Cómo fue tu día a día en la secretaría técnica de River bajo el ala de Enzo Francescoli?

¿Y por qué te fuiste?

¿Fue una decisión más con el corazón que la cabeza? ¿Te arrepentís?

¿Volverías en el futuro a Newell’s?

¿Cómo hace el director deportivo para plantarse ante un presidente o dirigente que quiere tomar decisiones en lo futbolístico?

¿Qué objetivos y sueños tenés en tu carrera?

¿Es cierto que tuviste un par de propuestas de Argentina y algo del exterior?

Vos que conociste la “cocina” de River… ¿A dónde creés que va el club?

¿Por qué el ciclo de Martín Demichelis no llegó a buen puerto?

¿Influyen las decisiones de la AFA o las asociaciones de los países en el trabajo del director deportivo? Por ejemplo, con el formato de torneo, los arbitrajes, ventas de jugadores…

¿Ahí no se mete el director deportivo, no? ¿Puede sugerirle algo al presidente o dirigentes?

Por el título del libro que vas a publicar, “Dirección Deportiva”, es evidente de qué vas a hablar... pero ¿qué podés adelantar?

¿Creés que Argentina tendrá siempre una cantera inagotable de jugadores jóvenes aunque se trabaje bien, regular o mal?

¿Creés que si Scaloni lo convoca a Mastantuono a la Selección Mayor podría llegar a “quemarlo”?

¿Los clubes argentinos entonces tienen que mirar a las jóvenes promesas de Sudamérica?

Fuente: telam

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