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11/05/2025

Quién es Andrónico Rodríguez, el aprendiz de Evo Morales que quiere disputar la Presidencia y “jubilar” a los viejos líderes del MAS

Fuente: telam

Con 36 años, Rodríguez pasó de tener un programa musical de radio a liderar sindicatos campesinos, encabezar el Senado y buscar la Presidencia de su país. El anuncio de que terciará las elecciones removió el escenario político y marcó un punto de inflexión en el movimiento cocalero

>Andrónico Rodríguez es una de las figuras que representa a la nueva generación de líderes en la política boliviana y el movimiento popular. El que muchos consideran el “sucesor natural” de Evo Morales cobró notoriedad como presidente del Senado y en sondeos recientes se perfila como el favorito para ganar las elecciones del 17 de agosto, lo que según analistas podría significar la “jubilación” de los políticos de izquierda que lo antecedieron.

El senador de 36 años, que se forjó como dirigente cocalero y tiene formación académica, emergió como una figura nacional ante el vacío de poder que había en el bloque popular tras la caída de Morales en 2019, cuando se constituyó como referente de la resistencia al Gobierno de Jeanine Añez. Seis años después, la historia lo pone en el mismo lugar: puede llegar a ser presidente ante el vacío de poder en la izquierda boliviana, tras de la debacle del Movimiento Al Socialismo (MAS) por la guerra intestina que libran Morales y el presidente Luis Arce.

Rodríguez nació en 1988 en la localidad de Sacaba, en el departamento de Cochabamba, en un hogar de productores agrícolas en el que sus padres participaban activamente en el movimiento sindical del trópico cocalero. Desde niño acompañaba a su padre a las reuniones con los campesinos y pronto se dio cuenta de la necesidad de tener educación formal. “A mi padre le faltaba un poco de conocimiento y pensé que debía superar eso. Debo leer, debo estudiar y ver cómo colaborar con mi comunidad con mayor sabiduría académica”, manifestó en una entrevista.

Según A los 24 años fue elegido presidente de las juntas universitarias de las Seis Federaciones Cocaleras del Trópico de Cochabamba y cuatro años más tarde asumió la vicepresidencia de las federaciones, consolidando su imagen como el segundo hombre después de Evo Morales en el enclave cocalero.

Su nombre sonó a nivel nacional por primera vez en marzo de 2019, cuando el ex presidente lo mencionó como uno de los jóvenes capacitados para conducir el proyecto político del MAS en el futuro. Diez días más tarde, Andrónico – como todo el mundo lo llama en Bolivia- apareció sentado por primera vez en el plató de una de las principales cadenas televisivas del país en prime time, dando Ese año inició su carrera política institucional, fue candidato a senador por Cochabamba pero las elecciones fueron anuladas por los indicios de fraude que terminaron con el derrocamiento de Morales y, paradójicamente, con el surgimiento de Rodríguez como dirigente fuera del espacio cocalero.

“Dijeron que ya había presidenta y que había policías encubiertos para detener dirigentes. Todos se levantaron de la mesa y nos despedimos como si nunca nos fuéramos a volver a ver, me quedé solo parado ahí. Le dije a la radio, ‘entrevisténme’”, rememoró años después sobre su debut como dirigente nacional cuando el país aún estaba en llamas. “Agarré cámaras y micrófonos, con una polerita a rayas, todo demacrado, llamé a la unidad y a la movilización (…) solo yo ahí, defendí el orden constitucional”, Su posición en las federaciones cocaleras y la ausencia de la élite del masismo, “le proporcionó un espacio institucional para actuar con autoridad y le otorgó un poder simbólico que formó su liderazgo”, señala Mayorga en el libro Resistir y retornar (2022).

En la pandemia de Covid-19, el cocalero de entonces 32 años mantuvo un discurso de rechazo a las medidas del gobierno para contener la crisis sanitaria y realizó campañas solidarias que consistían en la entrega de víveres en sectores empobrecidos del país. Como máximo representante de los cocaleros y un liderazgo en expansión, Rodríguez fue propuesto por organizaciones sociales que respaldan al MAS como candidato a vicepresidente para las elecciones de 2020 junto a David Choquehuanca.

Sin embargo, la decisión de las bases fue vetada en Buenos Aires, donde el cónclave del evismo se inclinó por Luis Arce, el ex ministro de Economía a quien venían con potencial para seducir a la clase media con las credenciales de haber sido el conductor de la política financiera del país durante sus años más prósperos. Choquehuanca fue designado candidato a la vicepresidencia y Rodríguez quedó relegado a candidato a tercer senador por Cochabamba. Aunque el cocalero aceptó esta decisión, la selección del binomio puso de manifiesto tensiones internas en la relación entre Morales y las organizaciones sociales.

En el Senado, Rodríguez brilló poco por su gestión legislativa a pesar de la campaña centrada en su imagen que desplegó en las redes sociales. Tuvo un perfil conciliador y más proclive a los pactos que la vieja camada del MAS, lo que le permitió ser elegido presidente de la Cámara de Senadores durante los cinco años de su mandato. Logró acuerdos pragmáticos con la oposición y mantuvo una distancia prudente con el presidente Arce, que se limitó a lo institucional bajo la vigilancia desconfiada de su mentor.

En los últimos meses, la figura de Rodríguez se popularizó como la del candidato que puede “salvar” al movimiento popular y a la izquierda boliviana de la debacle a la que la llevaron Arce y Morales que sumidos en una feroz disputa por el control del partido y la candidatura a la Presidencia, terminaron fracturando el partido político que fue imbatible en las urnas a nivel nacional en las últimas dos décadas.

El 3 de mayo pasado, el que algunos denominan “el tercer hombre del MAS”, anunció lo que muchos esperaban: en un acto con mineros cooperativistas de Oruro, Andrónico Rodríguez dijo “acepto” al pedido de terciar la Presidencia.

Su proclamación desató ovaciones y críticas. El entorno radical del evismo lo tildó de traidor y el ex mandatario, en una tónica paternalista, lo llamó a la reflexión. El presidente Arce, que está hundido en las encuestas por sus resultados económicos, pero tiene el control legal del MAS; habló por primera vez de unidad en la izquierda para derrotar a “la nueva derecha”.

Para entender las dinámicas del poder en Bolivia es necesario analizar el movimiento cocalero. La politóloga Luciana Jáuregui indicó que se trata un bloque con una capacidad de movilización y cohesión que no tiene ningún otro sector en el país, con liderazgos fuertes, con el control de la economía de la coca y con una ubicación territorial estratégica para paralizar el país. Hasta 2019, había 931 sindicatos cocaleros solo en la región del trópico y cerca de 200.000 productores, según sus propias estimaciones.

La candidatura de Rodríguez y las fisuras en el sector cocalero complican el escenario para Morales, que puede perder el control de los sindicatos y verse obligado a negociar con su antiguo delfín como una estrategia de supervivencia política. “El futuro de la izquierda se está dirimiendo dentro de la región cocalera”, explicó Jáuregui en diálogo con Infobae.

Algunos analistas creen que Andrónico Rodríguez capitaliza el descontento ante las posturas radicales dentro del MAS y que tiene la ventaja de mostrarse como un político de centro y renovación, que puede actualizar el proyecto político iniciado por Morales. Además, observan que genera adherencias de identidad por su origen social: un joven profesional de origen campesino y con experiencia sindical, que representa a la emergencia de la clase urbana popular.

Sin embargo, deberá enfrentar los embates del evismo radical y consolidar el apoyo de los cocaleros para forjar un liderazgo a largo plazo. En el entorno de Morales creen que el joven senador mostrará su fragilidad cuando tenga que aterrizar sus ideas durante la campaña y entonces exhibirá su falta de experiencia. No pocos auguran que la “sucesión” será prolongada y conflictiva dentro y fuera de la izquierda.

Fuente: telam

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