01/05/2025
El amianto, una sustancia prohibida en Brasil, desató un intenso debate en el Supremo por una mina autorizada en Goiás

Fuente: telam
Las víctimas siguen haciendo oír su voz. El mineral, más comúnmente conocido como asbestos, fue reconocido como cancerígeno por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, que forma parte de la OMS
>Las víctimas del amianto en Brasil siguen haciendo oír su voz, no solo porque el pasado lunes se celebró en todo el mundo el Día del Trabajo y de las Víctimas del Amianto, sino porque en el gigante latinoamericano el tema se debate actualmente en el Supremo Tribunal Federal (STF).
Sin embargo, a pesar de la prohibición federal, el estado de Goiás promulgó la Ley nº 20.514 en 2019, permitiendo la extracción y el procesamiento del amianto crisotilo exclusivamente para la exportación. Esta ley permitió la reapertura de la mina Cana Brava, en Minaçu, en Goiás, controlada por Sama Minerações, subsidiaria de la multinacional belga Eternit. Solo en el tercer trimestre de 2024, las exportaciones brasileñas de amianto alcanzaron los 156 millones de reales (27,5 millones de dólares), según el último informe de la ANM, la Agencia Nacional de Minería.
“Brasil sigue explotando el amianto de Goiás para la exportación, especialmente a Asia, en particular India e Indonesia. En 2024 se exportaron 160.000 toneladas”, dice a Infobae Fernanda Giannasi, ex inspectora del trabajo y fundadora de la Asociación Brasileña de Personas Expuestas al Amianto (ABREA), una de las mujeres símbolo de la lucha contra el amianto en el gigante latinoamericano. Para Giannasi, “se trata de una práctica de racismo ambiental, ya que la producción y el uso del amianto en Brasil están prohibidos desde 2017”.La constitucionalidad de la ley del estado de Goiás está actualmente en discusión en el STF. En marzo de 2025, la sentencia fue aplazada después de una solicitud de revisión por el juez Nunes Marques. Hasta el momento, cuatro jueces han votado a favor de declarar inconstitucional la ley. Sin embargo, hay desacuerdos sobre cuándo deberían entrar en vigor los efectos de la decisión, considerando los impactos económicos locales. Dos votos proponen la suspensión inmediata de la explotación minera, los de los jueces Rosa Weber y Edson Fachin, mientras que el juez Alexandre de Moraes propone una prórroga de dos años y su colega Gilmar Mendes, de cinco. “La decisión de poner fin de una vez por todas a esa peligrosa producción está en manos del STF, que ya presentó varias veces el juicio de cierre de la extracción, pero cada vez inventa una nueva forma de postergar sine die esa importante decisión”, explica a Infobae Giannasi, que junto con ABREA reclama la prohibición total del amianto en Brasil, destacando los graves riesgos para la salud de los trabajadores y de la población en general.“La ciencia sabe que todas las fibras de amianto son nocivas para la salud, pueden causar cáncer de pulmón, mesotelioma, asbestosis, y la recomendación es prohibir el amianto en todo el mundo”, afirma Ubiratan de Paula Santos, neumólogo del Instituto del Corazón del Hospital de Clínicas de San Pablo, uno de los médicos de Brasil que más han luchado por la prohibición del amianto. Se calcula que Brasil aporta el 10% de las muertes relacionadas con el amianto en el mundo, que se estiman entre 110 y 150 mil, dado que muchas no se diagnostican o no se notifican, especialmente en los países en desarrollo. También hay que recordar que las enfermedades relacionadas con el amianto tienen un tiempo de latencia muy largo, de hasta 40 años, especialmente el mesotelioma, que es un tumor maligno agresivo que afecta al mesotelio, la fina membrana que recubre algunos órganos internos del cuerpo.
El presidente de ABREA, Elizer João de Souza, es un ex trabajador de la fábrica Eternit de Osasco, en las afueras de San Pablo, donde trabajó desde 1968. “Trabajé en la fábrica manipulando amianto durante 13 años y solo descubrí que el amianto es cancerígeno en 1995, cuando toda la fábrica lo descubrió, porque hasta entonces nadie sabía nada. Mi reacción personal fue terrible. Fue muy difícil para nosotros, porque sabes que tienes una enfermedad irreversible y enfermas por una razón que desconocías y eso es muy duro de aceptar”, dice Elizer, a quien le diagnosticaron placas pleurales, que más tarde se convirtieron en nódulos pleurales. “Me operaron, pero el problema del amianto es que no se puede eliminar todo. Durante años trabajé sin máscara protectora”, explica.El italiano Antonio Dal Cin estuvo expuesto al amianto durante su servicio para la Guardia di Finanza, un cuerpo militar dependiente directamente del Ministro de Economía y de Finanzas y del servicio de seguridad pública del Ministerio del Interior italiano. Aunque el estado italiano lo reconoció como víctima del deber, la indemnización por sus lesiones fue mínima. Entre los problemas que le ha creado el amianto está la asbestosis pleural, que corre el riesgo de convertirse en una bomba de relojería en su cuerpo, ya que puede evolucionar en cáncer de pulmón o mesotelioma.
“Pido que se cartografíen y saneen los lugares donde hay amianto y que se incentive la retirada del amianto mediante desgravaciones fiscales para los ciudadanos que, con demasiada frecuencia, se ven incapaces de asumir los costes del saneamiento”, dijo Dal Cin a Infobae. Sí, porque el otro serio problema que comparten Italia y Brasil es el de la eliminación del amianto. Si se hace de forma incorrecta, puede causar graves daños a la salud, ya que precisamente su polvo es lo más peligroso. Si se inhala, tiene una capacidad de infiltración en los pulmones que puede ser mortal. En Brasil, el amianto fue fuertemente promovido desde la época de la dictadura militar y hoy cubre incluso los tejados de las casas de las comunidades indígenas a las que se propuso como mejor alternativa a la paja. En el país latinoamericano no existe un plan nacional de eliminación.
Fuente: telam
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