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15/04/2025

Cómo fue el operativo para cambiar el pararrayos del Obelisco: tres horas en una jaula en el cielo de Buenos Aires

Fuente: telam

Los operarios trabajaron en la cima del monumento porteño. Cómo se montó el operativo a cargo de la empresa Bacigaluppi Hermanos. Las medidas de seguridad y el sistema de protección instalado para tormentas eléctricas

>No todas las personas tienen acceso a la punta del Obelisco. Este privilegio lo tuvieron esta semana dos operarios de la empresa Bacigaluppi Hermanos que fue la encargada de cambiar el viejo pararrayos instalado en el monumento porteño durante su construcción en 1936.

La persona que estuvo a cargo del cambio de pararrayos hace unos 20 años que trabaja en Bacigaluppi Hermanos, una empresa especializada en este tipo de trabajos. Se encargaron por ejemplo de poner un sistema similar en los escenarios del último Lollapalooza. “Antes solía hacer ese trabajo. Estuve en grandes alturas en plataformas marinas, por ejemplo - cuenta Cristián Bacigaluppi en diálogo con Infobae -. Te acostumbrás, pero cuando viene algún viento fuerte te empiezan a temblar las piernas”.

Hoy Cristián tiene 60 años, pero empezó desde abajo en la empresa de su papá que luego heredó. “Tres días después del nacimiento de una de mis hijas me fui a trabajar a la plataforma marina a 100 kilómetros mar adentro frente a Puerto Madryn. Eran 180 metros de altura y en esas alturas hay una oscilación de un metro - relata Bacigaluppi-. Cuando subís lo haces sin red, en la mayoría de los casos sin protección. Como un trapecista sin red”.

Cristián admite que hay una gran dosis de adrenalina en trabajar a grandes alturas, pero también mucha responsabilidad. “Es riesgoso, por eso hay que estar muy atentos. Cualquier distracción puede ser muy grave. Nosotros le hacemos a los operarios exámenes cada dos meses para chequear su estado de salud general. Y que estén aptos para este trabajo”, explica.

Esta vez, Cristián subió hasta la cima del Obelisco por la escalera interna para supervisar desde allí el nuevo pararrayos que colocaron en la punta para proteger a la ciudad de las tormentas eléctricas.

“La tarea es riesgosa, pero se toman todas las medidas de seguridad necesarias. La grúa tiene 90 metros de altura. Suben en un canasto con un guinche. Y con todo el instrumental necesario para la instalación”, explica Bacigaluppi.

El pararrayo del Obelisco era el original de 1936. “Una punta de bronce”, cuenta Cristián. El objeto ya estaba doblado por todo el tiempo que estuvo a merced de las tormentas porteñas. “Es como la punta Franklin que antes se instalaban en las iglesias y también en los estadios de fútbol. Por ejemplo, hicimos la instalación en la cancha de River antes del Mundial de 1978”, explica Bacigaluppi. La punta de bronce doblada de la cima del Obelisco quedó dañada por la infinidad de rayos que recibió en estos 89 años. “En una tormenta eléctrica puede servir hasta una descarga de un millón de voltios”, explica el experto.

El pararrayos renovado permite detectar descargas atmosféricas suaves. “Además, se hizo toda una protección para los tableros. La idea es que quede preparado para cuando empiecen a subir los turistas que es una idea del gobierno porteño”, explica Bacigaluppi.

Bacigaluppi cuenta cuál es la protección de la Ciudad para enfrentar las tormentas eléctricas. “Hay una obligatoriedad de poner sistemas de pararrayos que se llaman activos, o sea que protegen un gran radio de acción en los edificios nuevos. Debe haber un 20% de edificios que están protegidos”, sostiene Cristián.

El Obelisco de Buenos Aires, inaugurado el 23 de mayo de 1936, fue construido en tiempo récord —solo 31 días— para conmemorar el cuarto centenario de la primera fundación de la ciudad. Su diseño estuvo a cargo del arquitecto Alberto Prebisch y su construcción fue realizada por la empresa alemana G.E.O.P.E. Su estructura, de 67,5 metros de altura y 680 toneladas de peso, se encuentra en la intersección de las avenidas Corrientes y 9 de Julio.

El lugar elegido para su emplazamiento no fue casual: allí se izó por primera vez la bandera argentina en la ciudad, el 23 de agosto de 1812. Esta ubicación, considerada simbólicamente clave, se convirtió en un punto de referencia urbano y político. La construcción del Obelisco implicó la demolición de la iglesia San Nicolás de Bari, un hecho que en su momento generó resistencia y polémica.

El Obelisco ha sido testigo y escenario de múltiples acontecimientos históricos, celebraciones deportivas, manifestaciones sociales y expresiones culturales. Su entorno también cambió: en 1971 se peatonalizó el cruce de las avenidas, y en 2005 se instaló una reja que luego fue retirada. En 2025, sigue siendo uno de los puntos más fotografiados y visitados de la ciudad.

Actualmente, el monumento permanece cerrado al público por razones de seguridad, aunque en ocasiones especiales se habilita su ingreso. En su interior hay una escalera de hierro con 206 peldaños que conducen a una pequeña sala con cuatro ventanales en la punta.

Fuente: telam

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