14/04/2025
Cómo ser feliz a los 85 años

Fuente: telam
El escritor Roger Rosenblatt comparte con humor y lucidez las lecciones que ha aprendido sobre la felicidad, el paso del tiempo y el arte de envejecer bien
>En el año 2000, publiqué un libro titulado Rules for Aging, una especie de guía práctica para afrontar los últimos años de la vida. Tenía 60 años por aquel entonces y creía saber un par de cosas sobre la vejez. Veinticinco años después, acabo de terminar una secuela, que refleja mis consejos para llegar a la vejez. (Últimamente lo he estado haciendo mucho). Me llevó 85 años aprender estas cosas, pero creo que son aplicables a cualquier edad.
Era cierto hace 25 años y lo es hoy. Nadie piensa en ti. Nadie lo hará jamás. Ni tu profesor, ni tu pastor, ni tus colegas, ni tu psicólogo, ni nadie. Puede ser un pensamiento desalentador. Pero también es liberador. ¿Aquella vez que te caíste de culo en público? ¿Ese comentario tonto que hiciste en la cena la semana pasada? ¿Ese libro brillante que escribiste? Nadie piensa en ello. Otros piensan en sí mismos. Igual que tú.Para las personas mayores, no hay nada más energizante que la compañía de los jóvenes. Son brillantes, entusiastas, informativos y rebosantes de vida, y no saben cuándo les estás mintiendo.Ojalá pudiera seguir esta regla, pero al envejecer, mi relación con la medicina cambió drásticamente. Ahora tengo más médicos de los que jamás imaginé, cada uno especializado en una zona de mi cuerpo que desconocía. Compiten entre sí por la atención. La competencia de esta semana es entre mis riñones y mi bazo.Mi padre y mi hija eran médicos. Actualmente somos siete médicos en la familia, y uno de mis nietos estudia medicina. No son los médicos lo que me desagrada, sino la sensación debilitante de ir de uno a otro como un automóvil en una cadena de montaje. Si el producto final fuera un Lamborghini, estaría bien. Pero soy un Studebaker.Hazlo. Los perros rara vez causan problemas. Duermen más siestas que tú y te escuchan atentamente. Eso es porque creen que podrías tener comida para saciar su apetito insaciable. No te preocupes por sus motivos. Ninguna criatura en la Tierra te encontrará más fascinante que tu perro. Te excluyo, por supuesto.
Esto aplica a cualquier edad, en realidad, pero quizás un poco más a las personas mayores, que reciben premios a la trayectoria y otras menciones de lo maravillosas que son. No les prestes atención a esos elogios. Simplemente vive la vida que llevas, dándole lo que necesite.Uno comete un gran error al creerse las grandes cosas que dicen de sí mismo, incluso si son ciertas. Sobre todo si lo son. Lo importante, a cualquier edad, es esforzarse. El trabajo es mucho más satisfactorio que un montón de cumplidos. También reemplaza el amor propio, que siempre es bueno. (Pero no te preocupes. Sigues siendo fabuloso).
Si no lo sabías antes, ahora lo sabes. La gente que conoces por casualidad, la que conoces de toda la vida, la que nunca verás, todos sufren. Si necesitas una excusa para ser amable, empieza por eso.Hoy en día tienes más tiempo libre para observar y apreciar el mundo, así que hazlo.Una mañana, al salir del ascensor, oí una voz de barítono exquisitamente hermosa cantando One Love de Bob Marley. No era la voz de Marley, sino algo único. Pensé que debía ser una grabación, pero no había acompañamiento instrumental. Cuando vi a Miguel, le pregunté: “¿Oíste esa canción?”. Se sonrojó y giró su enorme rostro hacia un lado. “Era yo”, dijo. “Lo siento. No sabía que había alguien aquí”. Le dije: “No lo sientas. Tienes una voz maravillosa”.
Este consejo es más para los hombres que para las mujeres, porque las mujeres siempre forman parte de algún grupo. El valor de socializar les resulta natural, por eso el mundo sería mejor si las mujeres lo dirigieran. Saben cómo desenvolverse en grupo. Los hombres, en cambio, son solitarios, estáticos. Generales sin guerras, montados a caballo de hierro. No se unen por naturaleza, pero deberían hacerlo, sobre todo cuando demasiada soledad los lleva a un desánimo cohibido. Únete a una pandilla, eso es lo que digo. No me refiero a una pandilla de motociclistas, simplemente a un grupo de chicos que comparten un interés. Unirse a una pandilla también beneficia a la sociedad en general. Nos mantiene alejados de las calles.
Mi propia pandilla son los Meatheads, llamados así por nuestro interés colectivo y de mal gusto en las películas malas. Somos siete u ocho, artistas en su mayoría, y llevamos juntos unos 40 años. Hombres adultos solo de nombre, nos sentamos en las primeras filas del cine, nos tiramos palomitas y caramelos Junior Mints (los caramelos pueden doler) y hacemos comentarios ruidosos durante la función, lo que no nos hace muy simpáticos a los demás espectadores; aunque durante una de las malas, una mujer me dijo que prefería oírnos a nosotros que a los actores.Son parte de la vida. Aprende a vivir con ellos.West End Blues o cualquiera, en realidad. No te diré por qué. Pero me lo agradecerás.© The New York Times 2025.Fuente: telam
Compartir
Comentarios
Aun no hay comentarios, sé el primero en escribir uno!