06/04/2025
Deslizamiento de tierra y evacuaciones: los devastadores efectos que sufre La Paz durante la temporada de lluvia en Bolivia

Fuente: telam
Burocracia, falta de controles y sanciones leves dificultan la planificación urbana en la ciudad, donde el 31% del suelo es inestable y de alto riesgo. Dos expertos plantean soluciones para evitar la recurrencia de los desastres
>Las escenas dantescas se repiten todos los años. En la temporada de lluvias en Bolivia, que usualmente va de noviembre a marzo, varias regiones experimentan consecuencias devastadoras de las tormentas y la mala gestión de prevención de riesgos, pero pocas sufren tanto los efectos negativos como La Paz.
Dos hechos recientes desnudan la vulnerabilidad de la ciudad. A finales de noviembre un deslizamiento de tierra sepultó más de 40 viviendas en la zona de Bajo Llojeta y ocasionó la muerte de una menor de edad. Las investigaciones revelaron que el desastre ocurrió no solo por la tormenta, sino que fue agravado por un movimiento ilegal de tierras en la parte alta de la zona.
Dos meses más tarde, ochenta familias tuvieron que ser evacuadas del barrio Codavisa ante el riesgo de colapso de sus viviendas. Las imágenes mostraban muros con grietas, casas a punto de caer, calles por las que corría el lodo y decenas de personas acarreando televisores, colchones y cajas con artículos familiares.El relato común atribuye la fragilidad de La Paz a sus características topográficas: un valle ubicado entre el altiplano y la Cordillera Oriental, por el que circulan más de 300 ríos y quebradas que han erosionado la tierra y la van profundizando constantemente.Sin embargo, las particularidades geográficas de La Paz y la escasa vegetación no son la única causa detrás de los desastres, a estas se suman algunas deficiencias administrativas.
Solangel Murillo, ingeniera geóloga con larga trayectoria en gestión de riesgos en la Alcaldía de La Paz, explica que hay dilaciones en los permisos de construcción, poca fiscalización a las obras y sanciones leves para los infractores.A esto se suma la laxitud de los controles y las sanciones por el incumplimiento de normas. Si alguien infringe una norma, la Alcaldía no puede hacer mucho más que emitir notificaciones, ordenar adecuaciones técnicas en la construcción o cobrar una multa. Solo en casos excepcionales se ordena la demolición de la obra y ésta incluso puede ser convertida en una multa pecuniaria en ciertos casos, según establece la Ley de Fiscalización Técnica Territorial.
Sin embargo, el geógrafo Huber Matzurec agrega que también existe un problema serio de “clientelismo y corrupción” en la planificación del crecimiento urbano de la ciudad, lo que hace que la reglamentación municipal “no sirva para nada”.Para resolverlo, Murillo considera que se debe promover la metropolización de la región para encarar de manera conjunta temas como el pago de impuestos, la gestión de riesgos y el recojo de basura, entre otros. “Los municipios de La Paz, El Alto, Mecapaca, Achocalla y Palca ya son una sola ciudad, aunque tengan leyes y normas independientes”, sostiene la experta.
En medio de estos problemas de orden natural y administrativo, los expertos señalan que es fundamental mejorar la planificación urbana a partir de la actualización del mapa de riesgos y otras herramientas de diagnóstico, hacer más eficiente el proceso de autorización de construcciones, reforzar los controles técnicos y endurecer las sanciones contra los infractores.
Fuente: telam
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