30/03/2025
De Alejandría a Wikipedia, Christian Jacob cuenta la fascinante historia de las bibliotecas

Fuente: telam
El historiador francés, autor de “De los mundos letrados a los lugares de saber”, analiza la evolución de estos espacios. “Tienen un poder generador de sueños, lenguaje y conocimiento”, resumió
>Si el lector ingresa a un laboratorio científico, un taller de imprenta, el studiolo (o gabinete de curiosidades) de un erudito renacentista o una biblioteca medieval, se planteará varios interrogantes. ¿Qué verá? ¿Cómo estarán organizados estos lugares? ¿Cuál sería su mobiliario? Y, con respecto a los actores involucrados: ¿Qué harían?
Formado en la corriente de la antropología de los mundos antiguos, representada en Francia por los historiadores Jean-Pierre Vernant, Marcel Detienne y Pierre Vidal-Naquet, los primeros trabajos de Jacob se centraron en las representaciones y la construcción del espacio, en los geógrafos griegos, y más tarde en la historia de la cartografía y sus efectos intelectuales. “En mi trabajo como historiador de la Antigüedad, investigué, primero, la aparición y el desarrollo de bibliotecas en Grecia y Roma como por ejemplo las bibliotecas de las escuelas filosóficas, como el Liceo de Aristóteles; luego, bibliotecas reales en Alejandría y Pérgamo y, finalmente, bibliotecas públicas y grandes colecciones privadas en Roma”, respondió detalladamente vía e-mail, a Infobae Cultura, desde París.
Según él, en términos generales, las bibliotecas a lo largo de la historia siempre fueron algo más que la suma de los libros que contenían. “Materializan la tradición, el patrimonio, la identidad y la memoria; reúnen el tiempo en un orden espacial; construyen un orden intelectual y simbólico; y tienen un poder generador, de sueños, lenguaje y conocimiento”, resumió el académico francés.Si se considera a la Historia Natural de Plinio el Viejo (siglo I d.C.) como la única gran enciclopedia que, realmente, nos llegó desde la Antigüedad clásica, el Hombre se halla frente a un dispositivo particular. “Es una obra individual, concebida con un plan general y un objetivo intelectual, filosófico y político particular, que reflejaba la personalidad y el proyecto de Plinio”, resumió Jacob.La literatura académica de la Antigüedad, según Jacob, se sitúa entre distintos modelos. Por un lado figura el conocimiento natural secularizado y racionalizado de los presocráticos, que abarca física, astronomía y cosmología. Luego, se encuentran las pretensiones enciclopédicas de los sofistas del siglo V a.C., desafiadas por Sócrates y Platón, quienes cuestionaron los mismos cimientos de todo conocimiento y el estatus de la verdad.
Y, por último, surgiría el proyecto intelectual de Aristóteles y sus discípulos. “Ellos tenían el fin de investigar los mundos físicos, animales y humanos, y de situar estos tratados especializados dentro de una estructura general, que puede describirse como enciclopédica, tanto por su finalidad globalizadora como por sus marcos epistemológicos”, explicó el autor.Continuando con el universo griego, Jacob explicó que “la canonización de ciertos textos adoptó otras formas, como las representaciones de los cantores”, su lugar en los planes de estudio de las escuelas elementales, pero también su omnipresencia en las artes figurativas, tal es el caso, por supuesto, de la épica homérica: la Ilíada y la Odisea. “El dominio de los autores clásicos, la capacidad de citarlos de memoria, y la habilidad de leer libros en voz alta, eran todas señas de la paideia, una cultura compartida que, también, era signo de pertenencia social y educación”, argumentó Jacob.En el caso del extinto Museo de Alejandría (Museion, el templo de las musas), Jacob comentó que los gramáticos jugaron un papel importante en la edición y el comentario de los poemas antiguos, así como de secciones enteras de la literatura griega, estableciendo los cánones de poesía, elocuencia, tragedia y comedia. Por ello, el académico francés destacó la transición entre la difusión de la literatura -mediante representaciones, canciones y rituales- y el surgimiento de una literatura para lectores y amantes de los libros.
Christian Jacob orientó su trabajo académico en dirección a la antigua ciudad portuaria de Alejandría, Egipto, a partir del siglo III antes de Cristo (apoyado en los inmensos fondos de la biblioteca museística de aquel entonces) enfocado en la producción de múltiples tratados, compilaciones y léxicos que generaron nuevos campos de conocimiento.Alejandría fue también, según el especialista, el lugar donde la biblioteca se convirtió en un “horizonte intelectual polígrafo“, que reunió todo lo confiado a la palabra escrita del mundo griego. Bastaba solo pensar que los eruditos, que trabajaron allí, tenían a su disposición el archivo escrito completo de toda una civilización, desde las grandes obras literarias hasta los tratados más especializados.
Por último, la Biblioteca de Alejandría ocupó un “sitio de crítica sobre la autenticidad de los textos y su atribución”. Por ende, fue el momento en que el corpus de autores importantes, como los oradores áticos, fue depurado de textos que les habían sido falsamente atribuidos. “Para identificar un libro, los catálogos indicaban el número de rollos y, a veces, el incipit del texto”, agregó Jacob acerca del arcaico método de catalogación.
Ya sea hablando de tablillas de madera, con letras grabadas en cera, rollos de papiro que se despliegan sujetándolos con ambas manos -y recorriendo columnas paralelas de texto-, o los primeros códices, en forma de hojas de pergamino dobladas, encuadernadas o no, “el libro es un objeto material y la lectura es un proceso gestual, visual, mental y vocal”, reflexionó el especialista.El soporte, según él, también determina cómo se inscribe el texto, su organización espacial, su disposición, su ritmo visual y su prosodia discursiva. “La historia del libro es una historia de las metamorfosis gráficas de los textos, no solo a través de los diferentes sistemas de escritura y sus convenciones, sino también a través del aparato de navegación que guía al lector: paginación, numeración de líneas y párrafos, títulos y subtítulos, notas al pie, índices, tablas de contenido, entre otros”, desglosó el historiador.Para Jacob, el segundo avance comunicacional fue el desarrollo exponencial del correo electrónico e Internet. “Resultó una revolución en la comunicación, particularmente científica y académica, que abrió la puerta a listas de correos de dichos ámbitos y múltiples intercambios con colegas de todo el mundo. En cuanto a Internet, conocemos el impacto gigantesco de la web como fuente de información, archivo de conocimiento y herramienta de trabajo”, resumió.
Para él, esta “miniaturización y especialización de los tratados académicos” evade una visión sintética y estructurada. “Se debe recontextualizar datos tomados de libros anteriores, estas compilaciones anticiparon una de las reglas de Wikipedia, que es usar únicamente información con fuentes, ya que la forma del catálogo potencialmente se presta a adiciones continuas, del mismo modo que las páginas de Wikipedia se prestan a múltiples modificaciones, ´formas abiertas´, como decía Umberto Eco”, sumó.
Y planteó una comparación ineludible respecto a la estructura arbórea de las fuentes que conducen a un registro enciclopédico, las estrategias de reescritura y la citación de declaraciones, en relación a la magnánima creación de los estadounidenses Jimmy Wales y Larry Sanger, allá por enero de 2001.— Permite una escritura y distribución descentralizadas y en constante evolución, así como el tejido de múltiples enlaces hipertextuales, no tiene centro ni periferia: es una red en perpetua expansión y reconfiguración.
— El texto digital contemporáneo recuerda ciertas características de los textos antiguos: en sus formas más libres y fluidas, puede deconstruirse, atomizarse en fragmentos combinables e, incluso, ser plagiado. Las tabletas de lectura, como el Kindle, a menudo sujetadas con una sola mano, recuerdan a las tablillas antiguas. Desplazar las páginas es una versión simplificada de la ergonomía del códice. En la pantalla, las ventanas de procesamiento de texto se basan en el principio de desplazamiento vertical en columnas, más que en la horizontalidad del volumen antiguo.
— ¿Cómo es el paso a paso para estudiar las formas de lectura en la Antigüedad?— En su libro abordó a la biblioteca como un espacio fundamental. ¿Qué significa ese lugar para usted?
— ¿Qué significa conceptualizar las bibliotecas antiguas como algo más que simples depósitos de libros?
Fuente: telam
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