25/03/2025
El mundo entró en un creciente conflicto comercial por la aplicación de barreras proteccionistas no vistas en décadas

Fuente: telam
Las nuevas medidas arancelarias impulsadas por grandes economías están transformando las relaciones de negocios y alterando el equilibrio internacional
>Las barreras al comercio abierto están aumentando en todo el mundo a una velocidad sin precedentes en décadas, lo que marca una aceleración del proteccionismo que recuerda a la ola de aislamiento económico de los años 30, cuando las principales potencias respondieron a la crisis con aranceles cada vez más altos. En la actualidad, Estados Unidos, China y sus socios comerciales más cercanos están atrapados en una espiral de medidas y contramedidas que amenaza con desestabilizar el comercio global y fragmentar décadas de integración económica.
Aunque los economistas no prevén una repetición exacta del colapso económico de los años 30, los indicios actuales apuntan a un nuevo ciclo de confrontación comercial a gran escala. Las cifras muestran que la tendencia hacia el proteccionismo se ha acelerado considerablemente. De acuerdo con datos de Global Trade Alert, al 1 de marzo de 2025, los países del G20 mantenían vigentes 4.650 restricciones a la importación —entre aranceles, cuotas, derechos antidumping y otras limitaciones—, un aumento del 75% respecto al comienzo del primer mandato de Trump en 2016 y casi diez veces más que al final de 2008.
La ofensiva comercial de Trump, que ha centrado sus ataques en países como China, México, Vietnam y la UE, se ha fundamentado en su promesa de reducir los déficits comerciales estadounidenses y de revitalizar la industria manufacturera nacional. Recientemente, el mandatario anunció que a partir del 2 de abril presentará un nuevo plan de aranceles “recíprocos”, vinculados a los obstáculos fiscales, regulatorios y arancelarios que enfrentan los productos estadounidenses en el extranjero.
Entre las medidas más destacadas ya impuestas se incluyen tarifas del 25% a productos provenientes de México y Canadá, así como un arancel del 20% a las importaciones chinas. Las autoridades de China han respondido con gravámenes sobre productos agrícolas estadounidenses como la soja, además de otras represalias. En tanto, la Unión Europea anunció aranceles del 50% sobre motocicletas y whisky estadounidenses, que entrarán en vigor el 1 de abril.Este nuevo escenario ha desencadenado una cascada de acciones proteccionistas fuera del eje directo Washington-Beijing. Países como Corea del Sur y Vietnam impusieron en febrero fuertes penalizaciones a las importaciones de acero chino, tras denuncias de la industria local por competencia desleal. México inició una investigación antidumping contra productos químicos y láminas plásticas chinas, mientras que Indonesia prepara nuevos aranceles sobre el nylon para empaques procedente de China y otras economías.Incluso Rusia, pese a su cercanía política con Beijing, ha adoptado medidas contra el ingreso de automóviles chinos. En las últimas semanas incrementó el impuesto a la disposición de vehículos importados, encareciendo así su costo. Antes de la invasión a Ucrania en 2022, los automóviles chinos representaban menos del 10% del mercado ruso. Actualmente, superan el 50% de las unidades vendidas.El director de política comercial de Cornell University y ex funcionario del Fondo Monetario Internacional, Eswar Prasad, declaró a The Wall Street Journal que “parece que estamos al borde de una guerra comercial mucho más amplia, si no total. En este nuevo entorno hostil, cada país actúa por su cuenta”.
Los efectos ya se sienten en distintos sectores. En Estados Unidos, los indicadores de confianza del consumidor han descendido, las bolsas han experimentado caídas y las intenciones de inversión empresarial muestran señales de debilitamiento. El fabricante alemán BMW estimó pérdidas por 1.000 millones de euros (aproximadamente 1.100 millones de dólares) debido a los aranceles estadounidenses sobre acero importado y productos mexicanos, así como por los gravámenes europeos sobre vehículos eléctricos procedentes de China. “Si se exagera con los aranceles, se genera una espiral negativa para todos los participantes del mercado”, declaró su director ejecutivo, Oliver Zipse.Más allá de los impactos inmediatos, los analistas señalan un cambio estructural en la lógica del comercio internacional. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), el mundo está comenzando a fragmentarse en bloques geopolíticos, con capitales y flujos comerciales cada vez más concentrados entre aliados estratégicos. Esta tendencia se refuerza con la intención de varios gobiernos occidentales de proteger sectores considerados estratégicos, como la fabricación de semiconductores, vehículos eléctricos y tecnologías verdes, frente a la competencia china.
La invasión rusa a Ucrania y las tensiones transatlánticas también han reforzado la idea de autosuficiencia económica. “La narrativa de los años 90 era que la integración hacía a Europa y Estados Unidos más fuertes y que los desafíos globales se enfrentarían de forma conjunta. Eso ya no existe”, afirmó Neil Shearing, economista jefe de Capital Economics.Recuperar el nivel de apertura comercial que existía hace una década parece cada vez más improbable. El portavoz de la OMC, Ismaila Dieng, indicó que los países miembros continúan resolviendo disputas por otros canales, mientras que la directora general, Ngozi Okonjo-Iweala, aseguró que la organización fue creada precisamente para gestionar crisis como esta y evitar una escalada de tensiones.*Lea el artículo completo del Wall Street Journal haciendo
Fuente: telam
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