13/03/2025
Un nadador mendocino de 17 años batió un récord histórico al cruzar a nado el Río de la Plata: “Nunca me detuve”

Fuente: telam
Lautaro Arjona se convirtió en la persona más joven en atravesar a nado las aguas que separan Colonia de Sacramento, en Uruguay, de Punta Lara, en Argentina. Completó el recorrido en 14 horas y 28 minutos, superando el récord vigente desde 1923, establecido por la nadadora argentina Lilian Harrison, quien realizó el cruce a los 19 años
>Aún no logra dimensionar la magnitud de su hazaña. Lautaro Arjona acaba de inscribir su nombre en la historia del deporte argentino. Al repasar su imponente travesía, en la que desafió los límites del cuerpo y la mente, recuerda cómo, mientras nadaba, fijaba la vista en un punto perdido en el oleaje y luego en otro. Sus pensamientos fluían en un sinfín de imágenes cada vez que la tensión lo invadía. Aunque lo más importante era para él disfrutar la experiencia, nunca perdió de vista su objetivo: cumplir su sueño de cruzar a nado el Río de la Plata y batir un récord histórico al unir Colonia del Sacramento, Uruguay, con Punta Lara, Argentina.
Desde la embarcación de apoyo, su padre, Oscar Arjona, vivió cada instante con el corazón casi galopando en su pecho. Lo vio avanzar, detenerse unos segundos y volver a impulsarse con una fuerza indescriptible. Todo el tiempo sintió angustia y admiración. Lo acompañó con la mirada y con el alma, sintiendo en cada brazada el sacrificio de su hijo. “Verlo llegar después de tanto esfuerzo es algo que no puedo poner en palabras. Es un orgullo inmenso, una emoción que me desborda”, confesó con la voz entrecortada.
Lautaro comenzó a nadar a los 10 años y a los 14 se adentró en las aguas abiertas. Durante dos años soñó con este desafío y se preparó con absoluta disciplina. Con el respaldo de su familia, sus amigos, su equipo y su entrenador, Claudio Capezzone, alcanzó un hito que hoy lo tiene entre los referentes de la disciplina a nivel mundial. “Lo pensé cuando tenía 15 años, pero en ese momento no contaba con la experiencia ni la resistencia necesarias. Entrené, competí en otras pruebas y, dos años después, sentí que estaba listo”, resume el adolescente que este año termina la escuela secundaria.El cruce del Río de la Plata es considerado uno de los desafíos más exigentes en la natación en aguas abiertas. Con su anchura y condiciones cambiantes, apenas 42 nadadores lograron completarlo en más de un siglo. Lautaro no solo se convirtió en el número 42 en lograrlo, sino que además rompió un récord que llevaba 102 años vigente. Antes de que él hiciera pie en la orilla de Punta Lara, a las 20:15 del lunes 10 de marzo de 2025, la persona más joven en realizar esa travesía había sido la nadadora argentina Lilian Harrison, quien lo logró en 1923 con 19 años. Lautaro superó esa marca con dos años menos.“Empecé con clases y terminé quedándome porque me gustó mucho el agua, nadar. Y de ahí pasé a las aguas abiertas”, cuenta. El salto lo dio porque Capezzone notó la resistencia que tenía y le recomendó probar esa disciplina. “A los 14 arranqué a nadar allí. Mi primera experiencia fue en el dique Potrerillos”, agrega y admite que aún le duelen un poco los hombros, consecuencia de su aventura.
En tan solo un año, supo que tenía la suficiente capacidad para ir más allá. Realizó cruces, nados y otros desafíos previos hasta tocar el sueño con las manos. “Sabía que no iba a ser fácil, pero nunca me enfoqué en el tiempo ni en los récords, solo quería llegar”, explica el joven nadador. “A medida que avanzaba, me daba cuenta de que cada brazada me acercaba más a la meta, pero al mismo tiempo, había momentos en los que parecía que el horizonte no se movía. Uno ve la costa, pero sigue viéndola igual por horas”, dice y se le escapa una risa al recordar los momentos de eternidad que vivió en las aguas.El tramo final de la travesía fue el más desafiante. “Las olas empezaron a crecer y se hizo cada vez más difícil avanzar. A veces, sentía que nadaba y no avanzaba. Mirara hacia donde miraba solo había río, no se veía ninguna orilla... Hubo un momento en que me dije a mí mismo: ‘No puedo aflojar ahora, llegué hasta acá, tengo que terminar’”, revive Lautaro su fuerza estoica. Durante las últimas cuatro horas, el oleaje alcanzó los dos metros y el viento cambió, haciendo que el recorrido se alargara unos kilómetros más de lo previsto.
En ese momento, su fortaleza mental fue clave. “Lo más difícil fue controlar la cabeza, porque el cansancio es enorme y cualquier pensamiento negativo te puede jugar en contra”, admite el joven que nunca estuvo solo y anhela con tomarse el tiempo para descansar.Oscar Arjona fue testigo del esfuerzo de su hijo desde los primeros entrenamientos cuando había comenzado a nadar en aguas abiertas, pero aún no estaba en su mente enfrentar tremendo desafío.
“Uno ve todo el sacrificio que hay detrás: madrugar todos los días, entrenar doble turno, soportar el cansancio. Y después, cuando llegó el momento de la prueba, ver cómo el río le puso trabas y aun así logró superarlas fue impresionante. Fue muy fuerte vivir esto. ¡Fue muy tenso!”, destaca emocionado.“Su preparación, guiada por el entrenador Claudio Capezzone y con el respaldo de referentes como Gustavo Oriozabala y Damián Blaum, fue clave en su evolución deportiva. Este nuevo hito reafirma el crecimiento de la natación en aguas abiertas en Argentina y marca el inicio de un camino que podría llevar a Arjona a superar nuevos desafíos en la élite del deporte”, escribieron en un comunicado el Club Mendoza de Regatas, que le brindó apoyo.
Oscar reconoce la importancia de Oriozabala —destacado nadador argentino especializado en aguas abiertas— en este desafío. “En un momento bajó al agua, lo acompañó, lo alentó de cerca. Tuvo que terminar nadando más kilómetros de lo que se preveía, porque el estado del río no le permitía llegar al lugar que tenía que llegar, así que se corrió la llegada y terminó nadando más kilómetros de lo previsto”, cuenta del desafío que inició a las 5:45, en el Puerto Deportivo de Colonia, en Uruguay, y a las 20:28 del mismo día estuvo en la orilla, cerca de Punta Lara.El camino hasta concretar ese cruce no fue fácil. La familia organizó rifas y buscó patrocinadores para cubrir los costos de la travesía. “Mucha gente nos ayudó, el Club Mendoza de Regatas, la Secretaría de Deportes y personas que colaboraron comprando números. Todo esto se hizo con esfuerzo y corazón”, destaca su papá y agradece a quienes lo apoyaron de manera especial. “A los amigos de Lautaro, no puedo más que agradecerles porque se reunían temprano para que pudiera estar porque se levantaba a las 4 de la mañana para ir a entrenar”.
Ahora que la hazaña quedó grabada en la historia, Oscar solo quiere que su hijo disfrute de lo logrado. “Creo que todavía no cae en lo que hizo. Fue una prueba durísima y la superó con creces. Ahora le toca descansar y disfrutar. Después veremos qué sigue. Pero lo que hizo ya es historia”, finaliza.Fuente: telam
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