12/11/2025
El 99% de los jubilados cubanos no cubre sus necesidades básicas de alimentación, vivienda y medicamentos
Fuente: telam
Una encuesta elaborada por la Asociación Sindical Independiente de Cuba reveló que casi la totalidad de los pensionados sobrevive con ingresos insuficientes, obligados a buscar trabajos informales o apoyo externo ante la inflación y el colapso de los servicios públicos
>La realidad de los El estudio, elaborado por la El informe, elaborado a partir de un cuestionario en línea distribuido por redes sociales y grupos comunitarios, se propuso indagar en las condiciones económicas, sanitarias y sociales de los jubilados cubanos. Aunque la muestra no es representativa desde el punto de vista estadístico, las respuestas obtenidas ofrecen una visión amplia y significativa de la situación actual, marcada por la exclusión digital, la insuficiencia de las pensiones y el colapso de los servicios públicos.
Sin embargo, este ajuste ha sido neutralizado por una inflación real que, según economistas independientes y medios como Diario de Cuba y CubaNet, supera ampliamente los tres dígitos, con precios de alimentos y bienes esenciales que triplican o cuadruplican los valores oficiales, remarcó el escrito.
El divorcio entre las cifras oficiales y la realidad cotidiana es total. La pensión mínima de 4.000 CUP equivale a menos de 9 dólares al tipo de cambio informal y solo cubre un tercio del costo de la canasta alimentaria básica estimada por la propia ONEI (más de 12.000 CUP mensuales por persona en La Habana). El resultado es que la mayoría de los jubilados vive por debajo del umbral de subsistencia, dependiendo de remesas o ayuda familiar para sobrevivir. Según el centro de estudios El envejecimiento poblacional en Cuba es el más acelerado de América Latina. Más del 24% de la población tiene 60 años o más, una proporción que, según proyecciones, superará el 30% en 2030. Este fenómeno ocurre en medio de una crisis económica profunda, caracterizada por inflación descontrolada, desabastecimiento crónico y deterioro de los servicios públicos, lo que agrava las condiciones de vida de los adultos mayores y pone en riesgo su salud física y mental.El 99% de los encuestados afirma que su pensión no cubre sus necesidades básicas de alimentación, vivienda y medicamentos. Solo cinco personas de un total de 506 consideran que el monto recibido es suficiente para vivir dignamente. Esta cifra evidencia una crisis humanitaria profunda en el sistema de pensiones cubano.
El reporte subraya que el 97,8% de los jubilados se ha visto forzado a buscar ingresos adicionales mediante actividades informales o de supervivencia, como la venta ambulante, la realización de oficios domésticos, la custodia nocturna o trabajos de reparación. Los testimonios recogen actividades como vender en las calles productos variados, trabajar como custodios nocturnos, realizar labores domésticas remuneradas, recoger materias primas, carpintería, plomería, electricidad informal, costura y reparaciones, y venta ambulante de alimentos.
El comercio informal no autorizado se ha convertido en una válvula de escape económica en las calles cubanas. En las aceras de La Habana, Santiago y otras ciudades, cientos de vendedores ambulantes comercializan cigarrillos, café y alimentos sin contar con las licencias que exige el marco legal vigente.
El 99,4% de los jubilados considera que las pensiones no reflejan de manera justa los años trabajados, mientras que solo un 0,6% opina lo contrario. Esta percepción generalizada evidencia una profunda insatisfacción y sensación de injusticia entre la población jubilada cubana. La falta de correspondencia entre los años de esfuerzo laboral y el monto de la pensión recibida genera frustración y desmotivación, ya que los adultos mayores sienten que su dedicación y aportes a lo largo de décadas no son reconocidos ni valorados por el sistema previsional.Además, el 98,2% de los jubilados considera necesario que las pensiones se ajusten automáticamente al aumento del costo de vida y la inflación, una medida que actualmente no existe o no funciona efectivamente en Cuba. En un contexto donde los precios de alimentos básicos se han multiplicado exponencialmente mientras las pensiones permanecen estancadas o con incrementos mínimos, este ajuste automático representa una demanda urgente para garantizar la supervivencia digna.El 95,7% de las personas encuestadas reporta haber tenido dificultades para acceder a atención médica, medicamentos y diagnósticos básicos. Renunciar a un tratamiento médico se ha convertido, para muchos jubilados, en un acto de resignación ante la imposibilidad de acceder a los medicamentos necesarios. Los ancianos racionan sus dosis, comparten pastillas con los vecinos o recurren a remedios caseros para aliviar el dolor. La situación impide garantizar atención adecuada y continuidad terapéutica. Las expresiones más frecuentes entre los afectados son contundentes: “La atención médica es un desastre” y “No hay medicamentos ni calidad de vida”, evidenciando el colapso del sistema público de salud.
El 96,4% considera que hospitales y hogares de ancianos no ofrecen condiciones adecuadas de atención, infraestructura ni cuidado personal, lo que revela una crisis estructural en estas instituciones. Los comentarios apuntan a deficiencias críticas: instalaciones deterioradas, falta de personal capacitado, ausencia de medicamentos, suministros básicos, hacinamiento, mala alimentación, carencia de actividades recreativas y terapéuticas, condiciones de higiene deficientes. El hambre se ha convertido en una rutina cotidiana para los jubilados, cuyo plato diario se reduce a arroz, azúcar, pan y una dosis inevitable de resignación.Otro punto es que la mayoría de los ancianos habita viviendas con filtraciones, humedad, moho o riesgo de derrumbe, sin acceso a materiales ni permisos para repararlas. Ante la lluvia, muchos solo pueden esperar que el techo resista, conscientes de la fragilidad de su hogar. Lo que debería ser un refugio seguro se ha transformado en una amenaza constante, y la ruina material de las casas refleja el abandono y la desprotección por parte del Estado.
Durante 66 años, Cuba ha vivido un éxodo constante. Diversas fuentes internacionales estiman que más de tres millones de cubanos (incluidos descendientes) residen fuera del país, más del 20% de su población total.
Fuente: telam
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