>En un hecho tan inusual como inaceptable dentro del marco reglamentario, el encuentro entre Aurora y Jorge Wilstermann por la Copa Paceña (finalizó 2-2), bajo la órbita de la Federación Boliviana de Fútbol, terminó envuelto en controversia arbitral.

La jugada: un fuera de juego que terminó en gol y confusión

Tanto el árbitro como su asistente sancionaron correctamente el fuera de juego, cumpliendo el procedimiento establecido: señal, interrupción y preparación para la reanudación.

El error técnico reglamentario

Esta medida, aunque pretendió corregir un fallo de interpretación, viola de manera expresa la Regla 10 y la Regla 11, en relación con la Regla 8 (inicio y reanudación del juego) y el Protocolo VAR de la IFAB.

“Una vez que el juego se ha reanudado, no se puede volver atrás para revisar o modificar una decisión previa, incluso si se confirma que fue un error claro y obvio.”

El VAR solo puede intervenir hasta antes de que la pelota vuelva a estar en juego; una vez reanudado, toda acción posterior es definitiva, aunque la decisión original haya sido errónea.

La intención de hacer justicia deportiva terminó generando una injusticia técnica: se rompió el principio de seguridad jurídica que protege al juego. Más allá del resultado del encuentro, lo ocurrido en Cochabamba deja una lección clara: la tecnología no sustituye el conocimiento arbitral, sino que lo exige aún más. El VAR es una herramienta al servicio de la precisión, pero solo cuando se respeta su protocolo y su tiempo de acción.