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02/11/2025

De querer hacer “Justicia Divina” por Maradona al juicio político: Makintach se juega su futuro en el jury

Fuente: telam

El proceso comienza este jueves y será determinante para la jueza del escándalo. Cómo llegó a esta instancia

>Para Según la acusación, lo que la arrastró hasta esta instancia fue ni más ni menos que su propio afán por sobresalir. La traicionó su ego; su intención de querer ser la estrella de un debate oral que giraba en torno al máximo ídolo del fútbol argentino; uno de los futbolistas más famosos del mundo.

El caso -de acuerdo a los fiscales que la investigaron- representaba para Makintach la oportunidad de que su apellido también quedara en la historia. Quería ser recordada como una de las magistradas que hizo “Justicia Divina”, como se iba a llamar Contrariamente, el apodo que se ganó socialmente fue el de “la jueza del escándalo”. La que con su polémico accionar no solo provocó la nulidad del debate que estaba en curso en San Isidro, sino que también terminó poniendo en jaque el futuro del juicio.

Es que lo que estalló en mayo en el palacio judicial de la calle Ituzaingó le abrió una ventana a los imputados por la muerte del Diez para pedir el non bis in idem (NdeR: no ser juzgados dos veces por la misma causa). Una carta que -ya adelantaron- van a jugar la mayoría de los abogados defensores cuando se reanude el proceso. Esto podría tener como consecuencia que la muerte de Maradona quede impune.

La carrera de la jueza se manchó, parafraseando la célebre frase de Maradona. Porque lo que la puso en la mira de la Justicia no fue solamente el documental que realizaba a espaldas de familiares de Diego, imputados, abogados y fiscales. Si no también sus mentiras recurrentes cuando avanzaba la investigación sobre ella.

Desde entonces, Makintach -definida por muchos colegas como “la mejor jueza técnica”- empezó a mostrar otra faceta, una completamente diferente a la que se veía cuando ejercía. En los últimos meses, hasta la En los tribunales de San Isidro, donde estalló el escándalo, la mayoría de los trabajadores se acuerdan de las mentiras de la magistrada cuando comenzaron a circular las versiones del documental: ante las primeras acusaciones, Julieta Makintach negó su participación en el film y se mantuvo firme en esa postura hasta que no pudo sostenerlo más.

Con todas las pruebas, Makintach terminó admitiendo que participó de filmaciones. Sin embargo, dijo que era “proyecto casero” de una amiga de la infancia y negó otra vez que la producción se tratara sobre ella o el juicio de Maradona.

Entre mayo y septiembre, cada aclaración que hizo la jueza sobre el escándalo judicial terminó comprobándose que era mentira. Al menos en su mayoría.

Ante la seguidilla de reveses, eligió el silencio: solo se limitó a dejar trascender extraoficialmente que sus otros compañeros del tribunal sabían del documental, arrastrándolos a ellos también al escándalo. Aún no hay pruebas que comprometan a sus colegas.

Para evitar el juicio político y la posible destitución, Makintach presentó su renuncia al cargo. Pero el gobernador bonaerense, Axel Kicillof -quien debía aceptarla o rechazarla-, eligió no salpicarse con el tema y nunca se expidió al respecto, dejando que los conjueces sorteados para el jury evalúen las pruebas y definan si las acusaciones eran sostenibles para avanzar con el proceso.

La lista de testigos que presenta la acusación es extensa. Están desde todos los familiares de Maradona que presenciaron el juicio por la muerte del Diez hasta abogados, periodistas y los propios compañeros jueces de Makintach, a quienes ella acusa de encubrirla.

Fuente: telam

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